Se acabó. 

2017 nos deja igual que vino, sin que nos diéramos cuenta y sin importarle un carajo nuestras circunstancias.

No le importó si no tuvimos tiempo para acabar de escribir nuestro libro. Le dio igual que tuviéramos empeño, ganas y buena voluntad. Fue indiferente a todas nuestras buenas intenciones.

2017 fue un poco cabrón ¿no te parece?

Pero no es así, y lo sabes.

Si no has podido acabar tus proyectos este año, no puedes culpar a nada ni a nadie, excepto a ti. Ya no tienes edad para excusas, al fin y al cabo.

Y te lo digo por experiencia. En unos días, en mi balance del año, compartiré contigo esa experiencia.

Lo bueno de dejar de engañarse a uno mismo es que puedes empezar a trabajar de verdad. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura y feliz 2018! 

Imagen: Jason Blackeye en Unsplash