Ya he escrito unas cuantas entradas sobre la creación de historias, y cada uno de sus componentes. La verdad es que podría escribir un libro sobre el tema; puede que lo haga en el futuro, de hecho, cuando haya aprendido más de lo poco que sé y tenga la habilidad para contarlo.
Mientras tanto, no me resisto a ir compartiendo esporádicamente algunas técnicas y enseñanzas que voy descubriendo. Seguro que para muchos son cosas evidentes, pero para otros será todo un hallazgo, como lo han sido para mí.
En el día de hoy solo quiero apuntar una técnica básica para crear un personaje interesante y que sea capaz de enganchar al lector.
Y es que no hay nada más básico que tener a un personaje que haya hecho malas elecciones en su pasado. Es muy sencillo empatizar con esos personajes, dado que todos podemos identificarnos con ellos.
Lo que es más importante, no hay nada que enganche e interese más a un lector que hacer que ese mismo personaje deba afrontar las consecuencias de esas malas elecciones.
Seguiremos leyendo para saber cómo reacciona el personaje, confiando —aunque sea de manera inconsciente— en aprender algo de él para enfrentar nuestras propias batallas con lo que hicimos en el pasado.
Todas las historias pueden enseñarnos algo. Nuestra labor como lectores es aprenderlo.
Tu labor como escritor es crear ese algo.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: chuttersnap en Unsplash