Creo que no es ningún secreto que el programa de escritura que utilizo es Scrivener. Hace ya más de cuatro años que lo uso para todo, desde los textos de esta bitácora hasta mis novelas, pasando por todos los textos con los que trabajo en mi ordenador. Utilizo Word de manera muy marginal y solo para aquellas cuestiones en la que los archivos de Word que compilo con Scrivener no son suficientes. En mi opinión, no hay mejor programa que Scrivener para un escritor, sea autopublicado o no. Y punto.

Sé que mucha gente quiere buscar alternativas; de hecho, la entrada que dedique a las alternativas en Cómo autopublicar tu libro es de las más visitadas de esta bitácora. Pero lo siento, no he venido a hablar de ellas, sino de Scrivener y por qué pienso que debes gastarte los míseros cuarenta dólares que cuesta (en su versión para windows, claro; si eres usuario de Mac, te toca pagar cuarenta y cinco).

O mejor no. Ya lo hice en esta otra entrada. Y también en esta de mi anterior bitácora. No tengo nada que añadir a lo que escribí entonces.

Lo que voy a hacer es predicar a los conversos.

Ante la carencia de buenos manuales de Scrivener en castellano, he decidido llenar ese hueco. A partir del próximo viernes 3 de junio, voy a iniciar una nueva serie en esta bitácora con el poco original nombre de Manual de Scrivener.

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Es mi forma de seguir pagando más adelante todas las cosas que he ido aprendiendo en estos años, y de una manera más práctica, también. Si te interesa el tema, te espero el día 3 para la primera entrega del Manual de Scrivener.

¡Feliz escritura!