El mes de febrero ha sido un poco raro. Entre que es más corto y que he sufrido un resfriado veraniego (te recuerdo que estoy en el hemisferio sur) que me ha durado semanas, no he podido trabajar todo lo que quisiera. Sin embargo, he podido sacar adelante el proyecto de los cinco relatos de marzo y he cambiado de hosting, algo que tenía pendiente desde hace mucho. Así que estoy moderadamente satisfecho.
Estas son las cifras de febrero:
- Ficción: 6.352 nuevas palabras, un 10% menos que en el mes anterior. Total anual: 13.408 palabras.
- No ficción: 6.998 nuevas palabras, un 33,7% menos. Total anual: 17.560 palabras.
- Total mensual: 13.350 nuevas palabras, un 24,2% menos que en el mes anterior. Total anual: 30.968 palabras.
Mis meses en escritura siguen siendo flojos, pero ahora que ya me he quitado de en medio el tema del hosting y tengo los cinco relatos de marzo encarrilados, puedo dedicarme por fin de forma plena a La Guerra del Ayer. Sigo trabajando con la segunda mitad de 2018 en mente para publicar y, a medida que vaya avanzando el libro, iré contando más por aquí.
De momento, esto es lo que puedo contar. Puede que el mes que viene tenga oportunidad de contarte algo sobre el proyecto de no ficción, si es que llega el ejemplar de prueba. Como no depende de mí, no me obsesiono con ese tema.
Sí, reconozco que para ser el balance número 50 es un poco flojo, pero todavía no tengo cuerpo ni cerebro para textos más largos. Ahora voy a descansar, a ver si termino de recuperarme de ese maldito resfriado y dejo de sonarme la nariz cada dos por tres.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.