Pasó un mes más del calendario y toca hacer balance. En esta ocasión, tengo unos discretos resultados de producción que mejoran el mes anterior, cosa no muy difícil, pero que me van encaminando en la dirección correcta para terminar con La Guerra del Ayer. Hace poco lo dije, lo más difícil es empezar, y el impulso conseguido este mes me va a llevar más lejos en mayo. Pero veamos las cifras de abril: 

  • Ficción: 4.103 nuevas palabras, un 100% más que en el mes anterior. Total anual: 17.511 palabras.
  • No ficción: 6.376 nuevas palabras, un 21,4% menos. Total anual: 32.044 palabras.
  • Total mensual: 10.479 nuevas palabras, un 29,2% más que en el mes anterior. Total anual: 49.055 palabras.

Durante abril he estado peleando con el manuscrito de La Guerra del Ayer, al que me costaba regresar. No porque no tuviera tiempo, sino porque no me llamaba, no encontraba interés. Eso me tenía muy preocupado hasta que hallé la solución.

Estaba encallado en un punto de la historia que creía que debía contar. Pero en toda mi obra nunca me regido por lo que creía que debía contar sino por lo que me apetecía contar. Así que abandone ese aspecto por completo y retomé la historia por donde me apetecía contarla. Y ha funcionado, porque ahora la historia va viento en popa.

Y lo bueno es que según iba contando aquello que me apetecía, mi mente iba ideando nuevas formas de contar aquello que antes me costaba. Todavía no me he puesto con esa parte, ya que primero quiero avanzar todo lo que pueda por este camino, pero el siguiente paso será echar la vista atrás y rellenar ese hueco en la historia.

O no, depende de por donde quiera viajar mi inspiración. En cualquier caso, estoy mentalizándome cada día para seguir avanzando pasito a pasito y no perder la inercia. Ya me ha ocurrido varias veces con este libro y no quiero que pase más, o no habrá manera de cumplir con el calendario previsto. No solo mis lectores se lo tienen más que ganado, sino que yo también quiero dar carpetazo a la historia y pasar a otras historias y otros mundos nuevos.

Esa ilusión es la que nunca debe perderse, así que no hagas como yo y no dejes que se pierda. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.