Definitivamente, 2018 no está siendo mi año, pero aunque sea con cuentagotas, sigo avanzando y escribiendo. No importa que en agosto haya dado un paso adelante y en septiembre haya dado dos pasos atrás; el mero hecho de estar escribiendo estas líneas ya supone retomar una rutina que nunca tenía que haber abandonado.

Pero de eso hablaré más adelante. Ahora, a por las cifras.

Palabras escritas

  • Ficción: 13.830 nuevas palabras, un 26,6% más que en el mes anterior. Total anual: 45.712 palabras.
  • No ficción: 1.758 nuevas palabras, un 314,6% más. Total anual: 38.610 palabras. 
  • Total mensual: 15.558 nuevas palabras, un 37,3% más que en el mes anterior. Total anual: 84.322 palabras.

Mejoro un poco el mes de julio. Sin ser cifras estelares, están muy por encima de lo que venía siendo la tónica habitual de estos balances, así que me doy por satisfecho. Sin embargo, eso no quita que podía ir mucho mejor, sobre todo por que en septiembre estas cifras son pésimas. Al final, el tiempo corre y cada vez que echo la vista atrás no me gusta lo que veo. 

Pero estos balances son un ejercicio de honestidad. Puede que no le interesen a nadie y que no tengan visitas (sí, yo también miro esas métricas), pero si me dedicara solo a escribir lo que le gusta al público no habría espacio para lo que me gusta a mí. Y me gustan este tipo de balances en los que se ve cómo le rinde el trabajo a cada uno. Por eso los sigo escribiendo, no por otro motivo.

Incluso hubo un momento en el que pensé que creaba escuela, pero David ya no va a hacer más balances públicos, Carlos no hace ninguno desde mayo y a Nadia ni la cuento, ya que el único que le leí hace mucho tiempo desapareció. Solo queda Ana, y percibo en ella los mismos síntomas de inseguridad que yo he tenido y sigo teniendo. Ella sigue, yo también, mientras el cuerpo aguante. 

Y mientras el cuerpo aguante, seguiré escribiendo, luchando contra esta novela eterna que se me resiste con furia visigoda. Solo me queda seguir escribiendo por pura cabezonería, porque el final sigue lejos.

Pero oye, si fuera fácil, cualquiera podría hacerlo. Igual que llegar a los cinco años de balances, y eso está a mi alcance.

Eso es lo que hay. Al que no le guste, hay otras páginas ahí fuera con otros contenidos que seguro que le satisfacen más. Aquí, nos dedicamos a escribir. 

¡Feliz escritura!

Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.