Acaba 2014 con un mes raro y malo, en el que no he alcanzado el nivel al que quería llegar. No hay excusas, pero la experiencia de este mes me ha servido para comprender mejor cómo funciono y cuándo rindo mejor. Ese es el aspecto positivo que saco de este diciembre, además de que ha terminado y deja paso a un 2015 en el que espero dar otro empujón a mi carrera como escritor.
Balance como escritor
Palabras escritas:
- Ficción: 5.460 nuevas palabras, un 89% menos. Total anual: 206.043 palabras.
- Entradas de blog: 3.904 nuevas palabras, un 16,6% menos. Total anual: 67.303 palabras.
- Trabajo: 11.868 nuevas palabras, un 28,5% menos. Total anual: 114.735 palabras.
- Otros: 9.943 nuevas palabras, un 19% menos. Total anual: 83.406 palabras.
- Total de nuevas palabras: 31.175 nuevas palabras, un 57,5% menos. Total anual: 460.487 palabras.
Las cifras hablan por sí solas. Aunque no ha sido mi peor mes en cuanto a total de nuevas palabras, diciembre sí ha conseguido el dudoso honor de ser el mes en el que menos palabras de Ficción he escrito (no cuento septiembre, que acababa de terminar de escribir Traición en el Gran Consejo). ¿Qué ha pasado para caer a estos niveles? Creo que ha sido una combinación de días malos en el trabajo, de esos de los que llegas a casa totalmente vacío y solo quieres enterrarte en la cama, y la «pájara» que sufrí después de conseguir el reto del NaNoWriMo en noviembre. Jamás había sido tan productivo como el mes anterior y creo que mi inconsciente me ha jugado la mala pasada de considerar que con eso era suficiente. Por eso, a medida que avanzaba el mes no me sentía tan culpable como lo hubiera hecho en otra situación.
Pero eso se acabó. No puedo permitirme ni un solo mes más como diciembre si quiero conseguir vivir de la escritura, así que he cambiado el chip mental y afronto 2015 con más ánimo, ganas y seguridad que nunca. Y lo hago porque en 2014 he conseguido metas que nunca pensé que lograría y este año voy a seguir en ese camino. Nadie puede detenerme, solo yo si me rindo y no pienso hacerlo.
No merece la pena detenerse en el resto de apartados, que sufren un descenso más o menos pronunciado. Me quedo con el total anual, casi medio millón de palabras que marcan un listón para superar en 2015.
Balance como editor
Historias y proyectos finalizados:
- Maquetada y diseñada la versión en papel de La Cosmonave Perdida.
- Portadas diseñadas: 0. Total anual: 8.
- Vídeos realizados: 0. Total anual: 2.
Después de varios meses, en diciembre he cumplido uno de los sueños de todo escritor, poder tener mis libros en papel. La Cosmonave Perdida ha sido el título elegido y desde el mes pasado puede comprarse la versión física en papel. Tuve que corregir aspectos de la portada en un primer momento, pero una vez solventados esos problemas, ha quedado un libro estupendo del que me siento muy orgulloso. En este mes de enero, espero poder tener lista la versión en papel de Traición en el Gran Consejo y para la primavera, mi intención es que las ediciones en ebook y papel de Proyecto Armagedón salgan al mismo tiempo. Veremos si lo consigo.
Balance como empresario
Finalmente, el balance de diciembre como empresario es postiivo, en tanto que las ventas crecen de nuevo. Tener dos títulos a la venta ayuda para crear sinergias entre los mismos y parece que los lectores siguen la progresión natural que he planteado en mi catálogo. Comienzan leyendo La Cosmonave o alguno de mis relatos gratuitos y muchos terminan comprando Traición. En 2015 ampliaré el número de títulos disponible y me expandiré a otras plataformas; veremos el efecto que tiene en las ventas.
Resumen
Diciembre ha sido un mes malo en cuanto a la producción, no cabe duda; con todo, ha sido una experiencia que es mejor tener al principio y espero haber quedado vacunado para el futuro. El NaNoWriMo fue maravilloso y me permitió superar mis límites, pero la autocomplacencia en la que uno cae después es peligrosa. De ahora en adelante, prestaré menos atención a los totales mensuales y más a no romper la cadena. Lo he dicho muchas veces: esto es un maratón, no un sprint y quemarse antes de tiempo es contraproducente. Ya me he quemado una vez, no quiero que vuelva a ocurrir.
Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.