Comenzamos el mes de marzo y lo hacemos con el balance mensual de febrero, un mes con aspectos muy positivos y algunos otros negativos. Pero vamos directos al grano; he aquí el balance de febrero de 2014:

Balance como escritor

Palabras escritas:

  • Ficción: 12.219 palabras, un 33% menos que en enero. 
  • Entradas de blog: 6.275 palabras. un 21% más. 
  • Trabajo: 7.142 palabras, un 4% menos.
  • Otros: 2.029 palabras, un 13% menos.
  • Total de nuevas palabras: 27.665, un 16% menos. 
  • Total anual: 60.802 nuevas palabras.

Ya suponía desde un principio que febrero, al ser el mes más corto del año, iba a ser un mes en el que bajase mi producción, como así ha sido. Y aunque haya sido por menos de 400 palabras, me molesta no haber alcanzado las mil palabras diarias que conseguí en enero. En lo que respecta a los días sin escribir, solo fueron cuatro durante el mes. Creo que es una media razonable, e intentaré no «tomar libre» más de un día por semana. Al fin y al cabo, la base de todo mi trabajo es la escritura y si no escribo, no hay resultados.

Lo que más tengo que mejorar es mi producción de ficción, que ha descendido en un tercio respecto a enero. En este caso, conozco la causa, que no es otra que los vaivenes que he experimentado con el relato gratuito para los suscriptores de la lista de avisos, Un Frescor Inconfundible. Hablaré de ello con más detalle en la próxima entrada, en la que explicaré por qué incumplí la segunda regla de Heinlein y cómo, en dos intentos consecutivos, la historia que estaba escribiendo se me fue de las manos.

Lo bueno de los errores es que de ellos se aprende y lo que he aprendido es que yo necesito tener una guía detallada de la historia, incluso aunque sea un relato corto. Si no lo hago, tiendo a introducir elementos que engordan la historia o a quedarme atascado sin saber cómo hacer avanzar la trama. Parece que soy todavía más arquitecto de lo que pensaba.

El único punto positivo del mes han sido las entradas de blog, que han aumentado en una quinta parte. Ello ha sido por el esfuerzo de mantener limpios y habitados tanto éste como mi otro hogar digital. No sé cuánto tiempo podré hacerlo, pero de momento lo estoy consiguiendo. En cuanto a las categorías de trabajo y otros, no ha habido tanta variación.

Balance como editor

Historias y proyectos finalizados:

  • Revisión, edición y publicación de La Cosmonave Perdida.
  • Revisión, edición y publicación de Un Frescor Inconfundible.
  • Portadas diseñadas: 1. Total anual: 3

Otro de los motivos por los que no he podido escribir tanto como debería ha sido el proceso de revisión, edición y publicación de La Cosmonave Perdida. Al ser el primer libro que edito, he tenido que ir aprendiendo bastantes aspectos mediante la ancestral técnica de prueba y error. Por fortuna, el software que uso para escribir y compilar, Scrivener, dispone de un excelente sistema de copia de seguridad, así que nunca he tenido problemas que no pudiera arreglar restaurando una versión anterior.

De hecho, ha sido más compleja la edición del manuscrito que su publicación. Tanto en Amazon como en Smashwords, no tuve más que cargar los archivos de la portada y del libro y ya tenía mi novela lista para la venta. Por eso, repetiré una vez más lo que va a ser uno de los lemas en mi carrera, que tomo prestado de Clay Shirky: Publicar ya no es un trabajo, publicar es un botón.

Por eso, la revisión, edición y publicación de Un Frescor Inconfundible fue mucho más rápida y espero poder automatizarlo lo más posible, a medida que repita el proceso una y otra vez. Por último, este mes solo he diseñado la portada de Un Frescor Inconfundible, pero he de reconocer que me ha encantado el resultado final y es que, en muchas ocasiones, la simplicidad es la mejor opción.

Balance como empresario

Finalmente, llegamos a la parte empresarial. En este mes, La Cosmonave Perdida ha logrado ponerse en el primer puesto en las categorías de ciencia ficción en Amazon, algo que ni me planteaba al iniciar este proyecto. Las ventas durante el mes de febrero también han sido muy satisfactorias y cada una de ellas vale su peso en oro.

Considero que es un muy buen comienzo, especialmente cuando la promoción de La Cosmonave Perdida ha sido prácticamente nula; pues lo único que he hecho ha sido anunciar la publicación en mi página personal de Facebook. Aunque muchas compras serán de amigos y conocidos, me consta que hay unas cuantas de gente que no conozco en absoluto, y algunos de ellos incluso se han suscrito a la lista de avisos.

Todavía no hay ingresos este mes, ya que el dinero que me corresponde de las ventas lo recibo dos meses después en el caso de Amazon, o trimestralmente en el caso de Smashwords. Así que nada de ingresos hasta mayo, pero eso no me preocupa; todos los negocios comienzan con pérdidas. Con un poco de suerte, para ese momento espero tener listo mi segundo libro.

Hay un gasto adicional este mes: la compra de un par de armas de escritura masiva (sí, es un juego de palabras muy malo, pero no he podido evitarlo).  Si quiero vivir de lo que escribo, tengo que esforzarme en mejorar mi escritura, y para ello no basta con leer y estudiar a los mejores escritores, tanto de ciencia ficción como de literatura tradicional; hay que conocer a fondo todas las herramientas del lenguaje y las técnicas y convenciones del género. Esa es la razón por la que he hecho esa compra, que no será la última en ese sentido.

Resumen

El mes de febrero ha sido un mes de luces y sombras. Las luces son indudables y muy brillantes: las unidades vendidas de La Cosmonave Perdida o haber terminado Un Frescor Inconfundible son las más destacadas. Pero las sombras también están ahí, principalmente en el menor número de palabras escritas durante este mes.

Con todo, he cumplido algunos de los objetivos que me planteé el mes pasado. He terminado de editar y publicar La Cosmonave Perdida y ya tengo el relato para los suscriptores de la lista de avisos. Lo único que no he podido hacer ha sido comenzar el segundo libro, pero esa es la tarea de este mes de marzo: comenzar la segunda novela y avanzarla todo lo posible. Dentro de un mes, veremos si lo he conseguido.

Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.