Es un tópico un poco gastado, pero no deja de ser cierto: cada uno de nosotros somos el protagonista de nuestra propia película y somos responsables de lo que pasa en ella. Así pues, después de varias semanas de bajón y bloqueo, no hay otro responsable que yo mismo.
Ese es el mayor balance de estos últimos dos meses. He dejado que las circunstancias exteriores pesen más que el sueño de vivir de lo que escribo, y eso ha hecho que deje la escritura de lado. Por eso en este balance no hay resumen de palabras escritas; te puedo asegurar que no merece la pena contar lo poco que he escrito.
Echando la vista atrás, veo que es una tendencia que viene de muy atrás. Si me apuras, casi desde que terminé Proyecto Armagedón. He estado muy bloqueado y desganado, y ni forzar mis límites para escribir durante 300 días seguidos en esta bitácora sirvió para que volviese a disfrutar escribiendo como lo hacía al principio.
Ni siquiera es la primera vez que me pasa esto, aunque sí la más fuerte. Y la solución es siempre la misma.
Soy escritor, tengo que escribir.
Tengo que dejar de pensar en todo lo que tengo por delante y comerme el elefante poco a poco. Es lo que hacen mis colegas Jaime Blanch y Alberto Meneses prácticamente cada día. No los verás buscando lectores en redes sociales, intentando encontrar un truco para que les encuentren o enseñando a otros escritores (excepto con su ejemplo); están ocupados haciendo lo que deben hacer, que es escribir.
Les veo y me muero de envidia. Ya estoy harto de morirme, así que voy a volver a ser el que alguna vez fui.
Estos dos meses que han sido tan pésimos ya pasaron. Hoy es un nuevo principio y, como siempre he hecho, lo iré contando en esta bitácora.
Y en unos meses, voy a mostrarte el resultado.
¡Feliz escritura!
Imagen: Dafne Cholet vía Flickr.
Acostumbrada a venir a tu blog durante 300 días seguidos para leer lo que tenías que contar en cada jornada, ahora, cuando entro y me topo con la pregunta que haces un poco más arriba, a la derecha, sobre si echamos algo en falta, siempre pienso: «Sí, a ti».
Hay épocas que vienen torcidas en la vida, pero si uno se empeña acaba por superarlas (y tú eres de los que se empeñan).
No servirá de mucho, pero te envío mi ánimo, mi aprecio y por supuesto un abrazo enorme. Eres un hombre muy majo, muy fuerte y con muchas capacidades. Acabarás saliendo del bache y, antes o después, tus lectores volveremos a disfrutar de tus historias. Da tiempo al tiempo.
Abracisísimos de corazón.
Muchas gracias por los ánimos y por esas preciosas palabras, Ana. La verdad es que es el apoyo de los lectores y colegas escritores como tú lo que más ayuda a salir adelante. ¡Un abrazo muy fuerte!
Tiene razón Ana, cada mañana hacía ilusion ver que nos habías preparado, pero lo más importante es que vuelvas a disfrutar escribiendo y lo dice uno que lleva años escondido en la cueva, aunque voy disfrutando con mi reseñas y demás, pero hecho en falta ese gusanillo de ver si ha gustado aquello que has escrito con tanta pasión.
Mucho ánimo. Saldrá de esta. Seguro.
Muchas gracias por el comentario, David. En efecto, lo principal es disfrutar escribiendo y eso es algo que voy recuperando. Eso sí, tengo que mentalizarme cada día para no caer de nuevo en los mismos vicios, y para eso nada mejor que contar con vuestro apoyo. ¡Un abrazo!
El universo de la Amenaza Treyana es una estupenda creación. Espero que la tetralogía tenga un buen cierre y que disfrutes con ello, porque eso significará que los fans disfrutaremos también leyéndolo.
¡Ánimo y al teclado!
¡Muchas gracias por esos ánimos, Joseto! Ya te puedo decir que lo principal lo he recuperado que son las ganas de escribir y ver qué pasa en la historia. El resto ya es más sencillo 😛 ¡Un abrazo!