Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han deseado poder ver el futuro. De ahí surgieron chamanes, hombres-medicina, pitonisas, oráculos y todo tipo de adivinos en todas las culturas.
Yo voy a unirme al club. Pero no voy a predecir tu futuro.
Voy a predecir mi futuro.
En unos años, voy a tener docenas de títulos publicados, de ficción y de no ficción. Voy a ganarme la vida con lo que escribo y voy a compartir con todo el mundo cómo lo hice.
Eso va a ocurrir, porque tengo una visión. Aunque a veces me parezca que es imposible, es una visión más fuerte que yo y no me deja descansar.
Con esa visión, el apoyo de mi mujer y la gente que me quiere, más los buenos ratos pasados con mis colegas de la Alianza, no hay nada que me impida cumplirla.
Solo yo, que me saboteo bastante. Pero me voy conociendo con el tiempo y voy aprendiendo cómo detener mis fechorías.
Te invito a que vengas dentro de unos años. Ahí verás como sí se puede predecir el futuro.
Y es que la única forma infalible de predecir el futuro es trabajar para crearlo.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Jonathan Crews en Unsplash