Después de ver cómo dar formato a tu texto y compilarlo de manera decente, vamos a centrarnos en una de las partes más importantes de tu libro, sino la que más: la portada o cubierta. En la siguiente galería puedes ver las que he creado hasta ahora; si sigues mis consejos, podrás conseguir resultados parecidos e incluso mejores.
Antes de comenzar, debes hacerte la siguiente pregunta: ¿estás dispuesto/a a invertir tiempo y esfuerzo en buscar la imagen precisa, seleccionar la tipografía más adecuada y unir ambos aspectos de manera armoniosa en una portada? No todo el mundo está capacitado para diseñar una buena cubierta y es bueno reconocerlo; de esa forma, te evitarás más de un disgusto en el futuro. Si tu respuesta es afirmativa, continúa leyendo.
La portada es el elemento de mercadotecnia de tu libro más importante que vas a crear. Punto. Debes grabarlo a fuego en tu mente y así no cometerás la imprudencia de no valorarla como debes. Es lo primero que van a ver tus lectores, y si no los llama la atención de alguna manera, pasarán de largo de tu libro y nunca volverán. No intentes engañarte pensando que lo importante es el interior; en ausencia de ninguna otra referencia, tiene que ser tu cubierta la que agarre al lector y le lleve a ojear tu libro.
Piensa en cómo te comportas cuando vas a una librería. Si eres como yo, seguramente podrías pasar horas y horas ojeando y comprando libros; por desgracia, te ocurrirá igual que a mí, nunca tenemos suficiente tiempo o dinero, así que tenemos que ser selectivos. ¿Y cuál es el primer criterio que sigues? La portada. Si no te llama la atención, si se ve a la legua que es un trabajo no profesional, si es una cubierta anodina… pasarás al siguiente libro y no mirarás atrás. Hay muchos libros disponibles para elegir.
La portada es vital para tu libro. Nunca tendrás una segunda oportunidad para dejar una primera impresión, y si esa primera impresión es mala, tu carrera como autor independiente puede terminar incluso antes de que empiece. Quizá pienses que exagero, pero te pido que contestes con honestidad. Como lector, cuando te encuentras una cubierta con una imagen cualquiera, llena de texto escrito en un tipo de letra ilegible ¿qué haces?
Si tu respuesta es que abres el libro y te dedicas a ojearlo, escríbeme un correo; tengo un puente en Brooklyn que me encantará venderte. Mejor hagamos una prueba. A continuación te voy a poner dos portadas, la que usé para La Cosmonave Perdida y otra que he hecho para mostrarte exactamente lo que no tienes que hacer. ¿Cuál te animaría a comprar el libro?
¿Cuántos fallos garrafales puedes ver en la portada de la derecha? Venga, piensa, tienes hasta que acabes este párrafo.
En la cubierta de la derecha nos encontramos una imagen insulsa que no dice nada; es un cielo estrellado anónimo, sin más. La tipografía es Times New Roman, adecuada para interiores pero no para una portada, y menos de una novela de ciencia ficción; usar esa fuente para cubiertas demuestra tu ignorancia en materia tipografíca. El autor se ha dado tanta importancia que ha puesto más grande su nombre que el título del libro, algo que es más común de lo que crees; la causa se llama ego y es un signo del escritor aficionado. Los textos ni siquiera están mínimamente centrados y el color blanco no favorece al título, que necesitaría de un borde para destacar sobre el fondo. Finalmente, si quisiera hacer una versión impresa de esa portada, la imagen no tiene suficiente resolución, por haber sido «adquirida» en Google imágenes. y saldría pixelada.
Hay muchas cubiertas de libros autopublicados que son todavía peores que lo que acabas de ver. Navega un poco por Amazon y lo verás. Por eso, lo primero que tienes que hacer para destacar es tener una buena portada.
En las próximas entregas de la serie, vas a descubrir cómo buscar imágenes para tus cubiertas, qué es un banco de imágenes y por qué merece la pena gastar dinero en comprarlas. También vas a conocer sitios donde encontrar fuentes tipográficas gratuitas, cuáles son las más adecuadas para tu historia y qué tipos de letra debes evitar como la peste. Finalmente, vas a aprender cómo usar GIMP para combinar esa imagen y esa tipografía en un todo coherente, que llame la atención al lector y posea un acabado profesional.
En la siguiente entrega, veremos todo lo relacionado con la búsqueda de la imagen adecuada para tu portada.
Hasta entonces, ¡feliz escritura!
Leyendo tu anotación me doy cuenta de lo poco que sé sobre ilustración.
Yo hice un apaño para mi primer e-book que era muy simple (porque es sobre técnicas narrativas -es decir, no ficción- y lo pensé como primero de una serie, de manera que todas las portadas serán iguales). Le mandé el boceto a un amigo ilustrador que tengo para que me diera opinión (también sobre la tipografía) y cuando me contestó… me quedé alucinada por todos los secretos que guarda la composición de una portada. ¡Es todo un arte!
Afortunadamente, tengo a mi amigo. No sólo sabe lo que hace, sino que hace en un momentín lo que a mí me llevaría semanas (y sin llegar a soñar en conseguir resultados similares, por supuesto). En cualquier caso, tu entrada y tu serie sobre cómo elaborar portadas me las anoto para seguirlas fielmente. Necesito información sobre dónde y cómo conseguir fotografías, pasos a dar, etc.. Así que espero tu siguiente anotación con impaciencia 🙂
Gracias y saludos 🙂
Muy buenas Ana.
No te creas que tampoco soy un experto en ilustración, y el diseño no es mi fuerte. Pero he trabajado con varios diseñadores durante años y algo se pega. Y lo más importante, sé lo que necesita la portada de un libro, porque he visto muchas y porque, como lector, sé lo que me llama la atención y lo que no. Con esos mimbres estoy haciendo estos cestos, jajajaja…
Me alegro que te haya gustado, y espero que la próxima entrada también te sea útil.
¡Gracias a ti y saludos!
Aunque sé que la entrada es un poquito antigua, me gustaría dejar una breve opinión.
Es comprensible que un escritor autopublicado trate de hacer por sí solo todos los procesos que requiere la edición de un libro. Es lógico que haya que «liarse la manta a la cabeza» y hacer de corrector, redactor, diseñador y publicista todo en uno para conseguir publicar y que el libro se pueda distribuir.
No obstante, y dado que me dedico como profesional al diseño editorial, y al diseño de portadas en particular, me gustaría señalar la importancia de un buen diseño para conseguir un resultado de calidad. Hay varios estudios que demuestran lo imprescindible de tener una buena portada para aumentar las ventas de un libro, e incluso muchos escritores noveles son conscientes de la diferencia que supone invertir en un diseño profesional frente a uno propio.
Simplemente quería resaltar las ventajas que ofrece apostar por un diseño cuidado, contar con un profesional que lleve tiempo dedicándose a ello y que puede hacer que nuestra portada sea la mejor invitación para los lectores.
Felicidades por el blog y por el post. Un saludo.
Efectivamente, como bien indicas contar con una portada profesional es muy importante para lograr un producto final de calidad y en esta serie intento dar pautas para que aquellos autores no profesionales puedan crearlas. Para todos aquellos que no pueden o no quieren invertir el tiempo necesario en ello, siempre recomiendo que contraten los servicios de un diseñador profesional. Por suerte, hay oferta en el mercado y tus propios servicios son un buen ejemplo de ello. Muchas gracias por la visita y el comentario. ¡Saludos!