Ya hemos visto cuáles son las herramientas más básicas que necesitas para escribir y autopublicar tu libro. Con tu ordenador y un programa de escritura no necesitas más; ahora bien, si quieres que tu libro tenga un acabado profesional, necesitas más que eso. Hace falta compilar tu libro para la edición electrónica y maquetarlo para la versión impresa, necesitas una portada que sea atractiva y un también un sitio web como nodo central de tu plataforma de escritor. Por suerte o por desgracia, para conseguir todo eso solo tienes dos posibilidades: o aprendes cómo se hace o pagas por ello.

Si te decantas por la segunda opción, prepárate para aflojar la cartera cada vez que publiques un libro nuevo. Ojo, esta opción es perfectamente respetable y, de hecho, muchos escritores profesionales lo hacen así. Se dedican a escribir y subcontratan el resto de servicios que necesitan. Si tienes el capital necesario y conoces a los profesionales adecuados, la verdad es que es la mejor opción.

Sin embargo, creo que la mayoría de escritores, sobre todo cuando estamos empezando, somos un pelín alérgicos a gastar dinero. Por eso, uno de los objetivos que me planteo con esta guía es derribar el mito de que publicar un libro es caro, porque hoy en día, publicar es apretar un botón y ya está. Para crear un archivo digital con un acabado digno que puedas poner a la venta en las diferentes plataformas, no necesitas grandes inversiones económicas. Ahora bien, sigue habiendo un coste que debes asumir, tanto en dinero (no tanto como si subcontratas los servicios, claro está) como especialmente en tiempo.

Si es tu primer libro autopublicado, es algo lógico y normal que tardes más en dejarlo listo para publicación que si es tu décimo título. Mentalízate de que tienes que echar horas para conseguir un resultado con el que quedes satisfecho y, sobre todo, no olvides como escritor lo que sabes como lector. Una mala portada repele a los posibles lectores, por mucho que tu interior sea magistral. Una mala compilación dará a tu libro una imagen de aficionado que hará que muchos ni siquiera pasen de la vista previa en Amazon. Y si no tienes página web, aparte de que también da mala imagen, no tendrás un hogar digital en el que centralizar tus esfuerzos para dirigir a los lectores a tus títulos.

Como he dicho anteriormente, una solución sencilla es encontrar profesionales que realicen esas labores por ti. Si buscas un poco por internet, encontrarás opciones para todos los bolsillos, y podrás saltarte este capítulo. Pero si prefieres autopublicar tú mismo tu libro —reconócelo, nadie va a mostrar tanto cariño por él como su autor—, sigue leyendo.

Compilación y maquetación

El libro que has escrito y reposa en tu disco duro necesita ser convertido a un formato adecuado para su publicación como libro electrónico o libro impreso. Hasta hace una década, los libros electrónicos tenían una presencia meramente testimonial, por lo que el formato predominante en todo el mundo era el libro impreso. La llegada del Kindle de Amazon cambió todo eso, al unir un lector de libros electrónicos, que permitía leer y adquirir nuevos títulos de forma rápida y sencilla, con un respetable catálogo de libros que aumentó hasta el infinito, una vez que se permitió publicar en Amazon a los escritores autopublicados.

Preparar tu libro para su edición electrónica e impresa son dos trabajos diferentes que te van a requerir más o menos tiempo dependiendo de tu pericia y de los programas que utilices. Por eso insistí tanto en el capítulo anterior en la importancia de que el programa que uses para escribir facilite tu trabajo a la hora de compilar. No solo te ahorra trabajo, sino que te permite que tengas el control total de tu producto (sí, tu libro ahora es un producto; mientras lo escribes, puedes tratarlo como arte, pero en cuanto está terminado se convierte en producto). Recordemos las tres opciones:

  • Google Docs. Si trabajas con Google Docs puedes exportar tu trabajo a los formatos más comunes que necesitarás, incluyendo docx, epub y pdf.
  • Microsoft Word. Aunque no puedes exportar desde Word a formato epub de forma nativa, puedes trabajar tu manuscrito directamente en word antes de subirlo a la plataforma, y también maquetarlo y hacer un PDF listo para impresión.
  • Scrivener. La versatilidad de este programa queda demostrada al poder exportar de forma nativa a docx, epub y pdf.

Para crear tu libro electrónico, tienes muchas posibilidades, pero voy a centrarme en las dos más comunes. La primera es trabajar directamente con un archivo de word. Se trata de un proceso un pelín más complejo de lo habitual pero puedes encontrar guías en internet muy completas. Yo te recomiendo la de Valentina Truneanu , que te ayudará a tener un archivo word limpio para que luego las diferentes plataformas puedan convertirlo con facilidad. Es posible que haya ajustes que tengas que realizar sobre el archivo que generen, y para eso necesitarás un programa como Calibre, del que hablaremos en un momento.

La otra opción más común es trabajar con un archivo en formato epub generado por tu programa de escritura. De esta forma, adelantas mucho trabajo y consigues un documento que solo necesitará de pequeños retoques para su publicación digital. Esos retoques debes realizarlos en cualquier programa que te permita manipular este tipo de documentos. Yo te recomiendo que utilices el programa gratuito Calibre, pero puedes utilizar otros como Sigil o aquel con el que te sientas más cómodo. Con esos programas podrás abrir y modificar los archivos epub y mobi para hacer los últimos ajustes sobre el archivo final, y dejarlo completamente a tu gusto.

Esas son las dos opciones más comunes, pero hay una tercera opción usando un programa del que he oído maravillas que es Vellum. Cuenta con la desventaja de que solo está disponible en entorno Mac y que es caro, pero todos los escritores que lo han utilizado para compilar y maquetar sus libros destacan la facilidad de uso y la rapidez, pudiendo tener ambas versiones, electrónica e impresa, compiladas en un momento y sin necesidad de retoques adicionales. No lo he usado y no puedo dar fe de ello, pero tengo muchas ganas de probar el programa y cuando lo haga, actualizaré esta entrada.

Si quieres saber más sobre compilar y maquetar tu libro, permanece atento a las próximas entregas, donde habrá un capítulo dedicado exclusivamente a este tema.

Tu página web

Todo lo que diga aquí sobre la importancia de tu página web se quedará corto, porque es el único escaparate que tendrás en la web que puedes controlar de verdad, y la parte más importante de tu plataforma de escritor. Son conceptos que trataremos más adelante, pero quiero que te quede claro que debes tener una página web propia.

Para los más neófitos, una página web consta de varios apartados por los que tendrás que pagar, sí o sí. El primero es tu dominio, la dirección de tu página web que empieza por www. Puedes elegir un dominio .es o .com y, por comodidad y prestigio para tu futura marca de escritor, te recomiendo que sea uno de esos dos. Utilizar otros como .org, o .net no te va a aportar nada. Intenta que sea tu nombre, o el pseudónimo que utilices para escribir y no uses el título de tu libro como dominio. La idea es que escribas muchos libros y no solo uno, por lo que debes usar lo único que será constante.

El otro elemento por el que debes pagar para tener tu página web es el hosting, es decir, el almacenamiento de los archivos de tu web en un servidor externo. Hay muchas opciones para todos los gustos y bolsillos, elige la que mejor te convenga en este momento y/o la que te facilite más todo el proceso. Finalmente, está el diseño de la página web, algo que se hace con herramientas llamadas CMS, del que el más común es WordPress. Puedes usar ese CMS, con el que podrás empezar a crear tu web en muy poco tiempo, o cualquier otro con el que estés a gusto.

Todo lo relacionado con tu página web puedes subcontratarlo o hacerlo tú mismo, y tu diseño puede ir desde lo más sencillo a lo más complicado. Lo que sí que tiene que tener necesariamente tu web es una página con todos los libros de tu catálogo, qué es lo último que has publicado o vas a publicar, y una forma para que los lectores sepan cuándo has publicado un nuevo libro. Todo eso lo veremos en el capítulo dedicado a este tema y no te asustes, es mucho más fácil de lo que parece.

Programa de tratamiento de imágenes

La última de las herramientas que necesitarás para conseguir un acabado profesional para tu libro es un programa profesional de tratamiento de imágenes, que necesitarás para realizar tus portadas. Al igual que en los casos anteriores, habrá gente que directamente prefiera pagar dinero para que otra persona haga sus cubiertas, y eso está muy bien. Lo que quiero es ofrecer opciones a los escritores autopublicados y por eso quiero hablar de cómo crear tus propias portadas, para lo que necesitas un programa específico. No te vale hacerlas en Power Point.

De verdad, no te molestes en hacerlas en Powerpoint o cualquier otro programa no diseñado para esa función. Aunque consigas resultados que te gustan. El tiempo y esfuerzo que deberás invertir si usas programas que no son los adecuados es mucho mayor.

Dicho todo esto, hay dos grandes opciones, dependiendo de si quieres gastar o no dinero de entrada. La primera y más conocida es Adobe Photoshop que es el estándar de tratamiento de imágenes en la industria y que te permite hacer cualquier cosa que te imagines. Por sus posibilidades a la hora de manejar y tratar imágenes y tipografías, es una de las mejores opciones para crear tus portadas.

Si lo quieres usar de forma legal, te toca pasar por caja; por suerte, no es caro, puedes suscribirte a él de forma legal, pagando 12,09 euros al mes o menos si eres autónomo (aunque luego tendrás que pagar el IVA). Mi recomendación es que si te gusta el diseño gráfico y quieres utilizar una herramienta muy versátil, des el paso y lo utilices de forma habitual.

La otra opción si no deseas invertir en ese programa es usar una alternativa gratuita como GIMP. Con GIMP vas a poder hacer prácticamente todo lo que puedes hacer con Photoshop sin gastar un solo euro. El único inconveniente que tendrás será trabajar con archivos en formatos nativos de otros programas. Es decir, que tendrás dificultades para abrir y trabajar con archivos .psd de Photoshop, por ejemplo, pero no es nada insalvable.

En mi caso, utilicé GIMP durante muchos años con resultados muy satisfactorios (las primeras versiones de las portadas de mis novelas están hechas todas con GIMP), pero en 2020 me pasé a Photoshop y trabajo con él desde entonces, creando y actualizando mis portadas —proyecto al que dedicaré la primera mitad del año—, y usándolo para crear los elementos gráficos que pueda necesitar: banners, imágenes para redes sociales, etc.

Eso es todo lo que necesitas para autopublicar tu libro de forma profesional: un programa para compilar y maquetar tu libro, otro para tratar imágenes y crear tus portadas, y tu página web. No necesitas nada más que eso. Y sí, hay muchas herramientas más que pueden ser útiles, pero no estoy buscando hacer una master list, sino enumerar lo más importante. Cualquier otra herramienta que consideres que falte, eres bienvenido a hablar de ella en los comentarios.

Nos leemos la semana que viene con una entrada dedicada a cuáles son los elementos que debes incluir en tu libro y algunos errores de novato y cómo solucionarlos.

Ya sabes, ten mucho cuidado ahí fuera.