Ya hemos visto las herramientas que necesitas para autopublicar tu libro con un acabado profesional, pero no todo son las herramientas. Hay una serie de requisitos que debes utilizar al darle forma, por la simple razón de que es cómo se hace y los lectores están acostumbrados a esas convenciones. Aunque a veces pueda parecer lo contrario, los lectores en general son muy inteligentes y se dan cuenta cuando un libro tiene errores de formato. Si alguien decide leer tu historia, es tu obligacion asegurar que su presentación sea perfecta. Piensa que cualquier elemento que les saque de la lectura puede hacer que pierdas a ese lector, y si suelta tu libro es posible que no lo vuelva a retomar nunca.
Y sí, todo lo que voy a explicarte de ahora en adelante puedes ignorarlo y publicar el libro como te dé la gana, con el formato que tú quieras. Sin embargo, como en todo lo que te encuentres en esta vida, si quieres romper las reglas primero debes conocerlas y entenderlas. Hacer las cosas mal solo porque no quieres aprender cómo hacerlas bien no es ser innovador, es ser estúpido. Y estoy seguro de que no lo eres.
¿Quieres innovar y poner los créditos en mitad del libro como si fuera un anuncio publicitario para conseguir un efecto en la lectura? Adelante, nadie te lo impide. Puede que haya lectores que disfruten con ese experimento y lo aplaudirán, no lo sé; de lo que estoy seguro es que habrá muchos lectores —como yo mismo— que nos parecerá raro, nos sacará de la historia y nos hará dejar de leer. Es cierto que no puedes contentar a todos, pero te aseguro que nadie te criticará porque tu libro tenga la misma estructura que todos los demás. Dicho esto, vamos a examinar esa estructura:
La estructura de tu libro
Da igual si tu libro está en formato físico o electrónico, o si es ficción o no ficción. Hay una serie de componentes que debe tener y que deben seguir un orden determinado. Se editan millones de libros en todo el mundo y todos siguen la misma estructura básica, así que te recomiendo que no intentes inventar la rueda. Preócupate de que tu libro cuente con todos estos elementos que vamos a examinar, porque es la forma más sencilla de obtener un acabado profesional y que el lector no distinga tu libro autopublicado de un libro publicado por una editorial profesional. En cada uno de ellos, explicaré si es un elemento propio de libros impresos, electrónicos o ambos.
Página legal o página de créditos.
Toda la información legal de tu libro debe aparecer en alguna parte, y esa es la página con el texto legal o página de créditos. En ella debes hacer constar el copyright de tu libro con el símbolo ©, tu nombre y el año de publicación, por ejemplo © Miguel Ángel Alonso Pulido, 2014. También puedes ponerlo al revés si deseas —© 2014 Miguel Ángel Alonso Pulido—, pero tienes que ponerlo. Si hay elementos de tu libro que tengan un copyright distinto al tuyo, como puede ser una introducción o las ilustraciones si las tiene, también debes indicarlo.
Además del copyright, hay otros aspectos que puedes incluir en esta página, como la reserva de derechos, el número de ISBN si es un libro impreso y la referencia del depósito legal si lo has sacado en el modelo de impresión bajo demanda. Hablaremos más de estos y otros aspectos en el capítulo dedicado a los aspectos legales de la autopublicación.
Dedicatoria.
Son esas líneas en las que ofreces la obra a una o varias personas en particular. Lo normal es que cuando lo hagas, dediques una página completa a esta, la pongas en cursiva y justificada a la izquierda. De esta forma:
Para mis lectores,
porque sin ellos no habría llegado hasta aquí.
Este es el primero de esos casos que te decía de no reinventar la rueda. Poniendo tu dedicatoria así, harás que sea igual que cualquier libro de editorial profesional.
Índice.
El índice es la lista de los capítulos que forman tu libro y tradicionalmente, va en las primeras páginas del mismo. Sin embargo, en el caso de tu libro electrónico podemos hacer una excepción si escribes libros de ficción y puedes situar tu índice al final. ¿Por qué? Porque así puedes aprovechar mejor la función de vista previa que te ofrecen todas las plataformas de autopublicación, y ganar más espacio para que los lectores puedan leer el principio de tu libro. Personalmente, prefiero dejarlo al principio porque me gusta que mis libros electrónicos se parezcan lo máximo posible en su estructura a un libro impreso, aunque la elección es tuya.
Eso sí, debes tener mucho cuidado con el índice en tu libro electrónico si escribes libros de no ficción. Gracias a la vista previa, la inmensa mayoría de lectores de no ficción echan un vistazo al contenido del libro antes de decidir si lo compran o no. En el caso de los libros de no ficción, el índice se convierte en la mejor herramienta a tu disposición para mostrar al lector todas las bondades de su contenido y animarle a hacer la compra.
Conozco el caso de una escritora —que puede que hasta me esté leyendo— que ha publicado recientemente un libro de no ficción en una temática que me interesa mucho, pero cuando hice uso de la vista previa, me encontré con un índice insulso y casi insultante en el que solo ponía la numeración de los capítulos (Capítulo 1, capítulo 2…). Si escribes no ficción, debes incluir el nombre del capítulo y una breve descripción para enganchar al posible comprador. Ni que decir tiene que, a pesar de mi interés en el asunto tratado, no he comprado ese libro a causa de ese error garrafal en el índice. No lo cometas tú también.
Introducción.
Si has conseguido que otro autor te escriba una introducción, enhorabuena. No sé si ayudará, tendría que hacer la prueba consiguiendo un texto de un autor superventas y poniéndolo en mi libro como gancho comercial. Es muy posible que vendiese más ejemplares, pero también es muy posible que me quedase igual. Reconozcámoslo, en los niveles en los que nos movemos la inmensa mayoría de escritores autopublicados, dudo mucho que una introducción del mismísimo Arturo Pérez-Reverte (por poner un ejempl) sirviese para vender más. En cualquier caso, no estorba, muestra profesionalidad por tu parte y al lector le dice que hay al menos una persona para quien el libro merece la pena. Eso sí, no te mates en conseguirla, que no es imprescindible.
Después de la lectura.
Seguro que lo diré más veces a lo largo de la guía, pero el sitio más importante en el que puedes pedir algo a tus lectores es el final de tu libro. La razón es muy simple: quien haya llegado hasta ahí se ha leído la historia que has escrito y, si has hecho tus deberes como escritor, la ha tenido que disfrutar, por lo que se encuentra en el estado de ánimo propicio para hacer lo que le pidas. ¿A qué me refiero con eso? A que es el lugar donde debes meter tu llamada a la acción (call to action, como les gusta decir a los de marketing) para que el lector haga algo. Por ejemplo:
- Que deje una reseña de tu libro en Amazon, Goodreads o la plataforma que sea.
- Que te siga en tus redes sociales para conocer más sobre el libro.
- Que te diga qué le ha parecido a través de un correo electrónico.
- Que visite tu página web para ver el resto de tu catálogo.
- Que se suscriba a tu lista de correo para saber cuando sacas un nuevo libro.
- Que compre el siguiente libro de la serie, que ya está a la venta.
Y estas son solo algunas de las posibilidades. Lo que hago yo en mis libros es darle las gracias al lector, pedirle que deje una reseña e invitarle a suscribirse a mi lista de correo si quiere saber de mis próximos lanzamientos. Tú puedes hacer lo mismo, o algo completamente distinto. Utiliza sabiamente esa página que yo he llamado «Después de la lectura», pero que puedes llamar como te parezca.
Otras obras del autor.
En el momento en que tengas más de dos libros publicados, es bueno que los pongas todos al final, en forma de lista o incluso con sus portadas y sinopsis, si son pocos. De esta forma, ayudas al lector que ha llegado hasta el final a descubrir el resto de títulos que tienes a la venta. Si lo haces, asegúrate siempre de poner un enlace de venta del libro que sea válido, para el caso de que este viendo esa página en un lector electrónico como el Kindle y pueda acceder directamente a la tienda para comprarlo. Cuantos menos obstáculos y fricción haya entre el lector que puede querer comprar tus libros y tus libros, mucho mejor.
Sobre el autor.
A todos los lectores les gusta saber más sobre los escritores, así que no les defraudes y comparte algo sobre ti. Idealmente, deberías escribir un texto breve de dos o tres párrafos en el que puedes hablar sobre ti, cómo empezaste a escribir y algún detalle personal que demuestre que no eres un personaje generado por ordenador. Pon también una foto tuya para que te vean la cara, que la timidez no te va a ayudar en nada.
No necesitas que sea una foto profesional de estudio, pero tampoco seas tan cutre como para poner una foto de carnet. Hoy en día cualquier teléfono móvil tiene una cámara con calidad suficiente para hacerte una foto decente. Procura que haya buena iluminación, no tengas mieda de mirar a cámara y sonríe. Si eres un eremita que no quiere contacto con el exterior, puedes prescindir de la foto; de lo que no puedes prescindir es del texto, así que hazlo con mimo. Piensa que seguramente lo usarás también en tu página web y puede que hasta en las sinopsis en una versión resumida, por lo que te interesa hacerlo bien.
Con estos elementos, tendrías cubierto todo lo básico en cuanto a estructura para tu libro en su versión de papel y electrónica. Ahora veamos algunas cuestiones básicas de formato para evitar que cometas errores de novato.
El formato importa
En primer lugar, olvídate de jugar con los diferentes tipos de letra que puedas dar a tus palabras. No solo muestra desde lejos que eres un aficionado que utiliza por primera vez fuentes tipográficas, sino que interfiere muchísimo en el proceso de lectura. En otras palabras, no necesitas tener más que un tipo de letra para todo el contenido de tu libro. Más adelante, dedicaré un capítulo a la tipografía y cuáles son las fuentes más adecuadas y cuáles debes evitar a toda costa. Ahora, limítate a usar solo una para tu libro, cambiando el tamaño en los títulos de cada capítulo y poco más
Otra cosa que debes evitar es abusar de efectos como negrita, cursiva, subrayados o versalita. El exceso de esos efectos sacará al lector de tu historia y lo hará fijarse en las letras, algo que no deseas, te lo aseguro. Y si utilizas esos efectos con regularidad, que sea por un motivo justificado. Por ejemplo, yo tengo una raza alienígena en mis libros que es robótica y para ilustrar ese efecto, todos los diálogos de esa raza están escritos en versalita, que es este formato de letra, y que no debes confundir con las MAYÚSCULAS, que como todo el mundo sabe es como si estuvieras gritando.
Este aspecto de los formatos es doblemente peligroso en la edición digital de tu libro. Si no sabes cómo toquetear el código, mejor no abuses de los diferentes formatos. No serías el primer libro que me encuentro en el que alguien se ha olvidado de cerrar la cursiva y aparecen páginas y más páginas todas en cursiva hasta el final del capítulo. Y eso sí que es un fallo que hace que los lectores dejen de leer.
Un aspecto más en el que caen la inmensa mayoría de escritores noveles es la sangría en el primer párrafo. Si te fijas, en todos los libros de editoriales, el primer párrafo de cada capítulo no tiene sangría, ese espacio al principio de la línea. No es un fallo tan terrible como abusar de las fuentes tipográficas, pero debes evitarlo si puedes. En mi caso, es un defecto que no me había preocupado de corregir todavía, pero ya va siendo hora, y voy a aprovechar las nuevas ediciones que sacaré de mis títulos en 2021 para subsanarlo.
Y por último quiero destacar una cuestión básica que muchos escritores noveles no hacen bien. Fíjate si es así que yo también la cagué en este apartado en mi primer libro. Por suerte, me lo dijeron, estudié el tema, aprendí cómo hacerlo bien y desde entonces no me ha vuelto a pasar. Me refiero a la puntuación de los diálogos. De verdad, no es tan complicado, solo necesitas saber unas reglas básicas.
- Se utiliza la raya (—) para indicar los diálogos y no el guión (-). Y no hay espacio entre la raya y la palabra que la sigue.
- Los incisos o acotaciones también van entre rayas (—), y si el diálogo continúa, hay que poner un signo de puntuación tras la raya de cierre.
- Si el inciso comienza con un verbo dicendi (aquellos relacionados con el habla como «dijo», «contestó», «afirmó»…) no hace falta cerrar la frase anterior. (—No lo puedo creer —dijo asombrado—, es cierto.)
- Si el inciso no comienza con un verbo dicendi y describe otra acción, hay que cerrar la frase anterior. (—No lo puedo creer. —Se llevó las manos a la cabeza—. Es cierto.)
- Cuando el diálogo ocupa más de un párrafo, debes comenzar el segundo y siguientes hasta que acabe con la comilla española de cierre(»).
Solo con cumplir con estas cinco normas, que no son tan complicadas, ya escribirás diálogos mejor que el 99% de los escritores noveles. Y si encima haces caso al resto de indicaciones de tu artículo, te ahorrarás muchos disgustos y un montón de dolores de cabeza a tus lectores.
Nos vemos en la próxima entrega, donde hablaremos de la compilación de tu libro, es decir, cómo prepararlo para su edición en formato electrónico.
Ya sabes, ten mucho cuidado ahí fuera.
Recuerdo en un foro de cacharros electrónicos de leer, un autor novel que sacó un libro en primer borrador, completamente desastrado, guiones en lugar de rayas, etc… Cuando se lo hicimos notar nos dijo que ya lo sabía, que si la historia gustaba ya la corregiría y la publicaría mejor. Se nos mosqueó y todo.
No tengo que decirte que fue su primer y su último libro publicado. Se cogió un cabreo por todas las críticas negativas que le ponían en las plataformas que lo mandó todo al carajo y ya no escribió más.
Cada vez que me acuerdo, me parto el orto.
Pues eso es precisamente lo que no tiene uno que hacer. A mí también me dijeron muchas cosas cuando publiqué la primera versión de «La Cosmonave Perdida» con guiones en lugar de rayas y otras atrocidades ortográficas que prefiero no recordar, y sigo vivo. Si no aprendes de tus errores, malo. Y si tienes la piel tan fina como para que te afecten las críticas negativas, peor todavía.
¡Un abrazo, Rafa!
Estupendo artículo, Miguel Ángel.
Me gusta el índice al principio en no ficción y también en antologías y poemarios. Sin embargo, en una novela prefiero el índice al final. He visto libros de ficción bien editados que ponen el índice al principio y otros que lo ponen al final. Otros, incluso, no ponen ningún índice cuando los capítulos van tan solo numerados y no tienen título propio. Como lector, ya digo, prefiero este tipo de índice al final porque los títulos de los capítulos me dan pistas sobre cómo se desarrollará la historia que prefiero no saber.
Añadiría como detalle importante para dar la sensación de profesionalidad la división de palabras al final de una línea. Las páginas impresas así suelen quedar más bonitas. Que en una página de unos 30 renglones uno se encuentre con 2 o 3 renglones que terminan con una palabra dividida queda bien (mucho mejor que un renglón con un espaciado demasiado grande entre palabras), y además los procesadores de texto nos ayudan para limitar en número de renglones seguidos que pueden usar división de palabras.
También es importante en antologías y en novelas que cada nuevo relato o capítulo empiece en la página de la derecha, dejando la de la izquierda en blanco si es necesario. En caso de que los capítulos sean súper cortos, sin embargo, es preferible que empiecen en izquierda o derecha, según caigan, para evitar demasiadas páginas en blanco.
Otra cosa que me echa para atrás es el uso de varios signos seguidos de exclamación. ¡¡¡Cosas así me sacan completamente de la lectura!!! Para redes sociales bueno va, pero alguna vez me he topado con este abuso de signos en un libro y, buf, es duro seguir con la lectura.
No hay nada como maquetar un libro para empezar a fijarse en estos detalles y, poco a poco, ir incorporando mejoras. La que comentas aquí de la primera línea de capítulo sin sangría es, sencillamente, genial: ¡era de esas cosas que aún se me escapaban!
¡Muchas gracias por estos consejos!
Muchas gracias, Joseto. Lo que comentas de división de palabras no he querido meterlo, porque ese tema, junto a las líneas viudas y huérfanas y otras cuestiones vendrán cuando hable de como preparar tu libro impreso. Yo con el índice soy muy de ponerlo al principio pero creo que en las nuevas ediciones de mis libros lo pondré al final, tanto por aprovechar más la vista previa de Aamzon como por que al final, en un libro electrónico, puedes acceder al índice cuando quieras a través de la opción correspondiente, así que el lugar donde aparece ya no tiene importancia. Bueno, y también para diferenciar todavía más las ediciones, claro está. Me alegro de que te haya servido lo de la sangría en el primer párrafo. ¡Un abrazo!
El índice viene muy bien en la edición electrónica para saber cuánto te queda en el capítulo. O bien te lo dice en el pie de página o bien miras el índice y cuentas páginas. Por eso yo me mosqueo y a veces hasta re-edito un ebook si viene sin índice (y me gusta mucho y quiero leerlo, pq si es una novela de un novel… como dice MAAP, que le den al autor y al libro).
Claro, yo cuando hablo de índíce, me refiero a la página o archivo html concreto en el que te aparecen los capítulos con sus hipervínculos para ir a ellos, que puede ir al final o al principio. Otra cosa es que sin él, no se puede usar esas funciones que comenta Rafa, y que yo consulto muy a menudo al leer (sobre todo lo que falta de capítulo para decidir si aguanto o no cuando me entra sueño al leer por la noche). Por eso lo considero obligatorio en cualquier edición, electrónica o física. Si el libro no tiene índice, es claro ejemplo de una edición mala, por no decir otra cosa. En eso estamos de acuerdo, Rafa. ¡Un abrazo!
Buenas noches Miguel Ángel,
podrías poner un ejemplo del 5º paso? de la comilla española de cierre, por favor? No lo acabo de entender.
Muchas gracias!
Muy buenas, Pau. Te enlazo la captura de un ejemplo real de diálogo en varios párrafos de mi libro «Prisioneros del Futuro», que era lo que tenía más a mano. Son solo dos párrafos, pero si el personaje continuase hablando, habría que seguir poniendo » en los siguientes párrafos. Haz clic aquí para verlo. ¡Un saludo!
Entendido… lo cual me lleva a otra duda/pregunta… ¿dentro de un texto con la comilla española, se puede poner una raya de dicendi? Y, ¿cuando termina de hablar, se cierra con esas comillas?
En los párrafos que empiecen por », puedes poner incisos si quieres y se aplican las mismas reglas que en un diálogo de un solo párrafo. Eso sí, mi recomendación es no abusar de los incisos en estos casos o, en otras palabras, no es necesario poner un inciso en cada párrafo 😉
Y cuando termina de hablar, se cierra con un punto y aparte, no hace falta poner más comillas.
Todo entendido perfectamente! Gracias y sigo leyendo!