Acabo esta primera parte de la serie Cómo autopublicar tu libro, dedicada a las herramientas que vas a necesitar en tu carrera, con una que es cada vez más importante para los escritores: tu página web.
Parafraseando a @yoriento, si un escritor no tiene página web propia, es un homeless digital. Una página de Facebook o una cuenta en Twitter pueden ayudar, pero no pueden sustituir a una web de tu propiedad. Tu página web es tu hogar en la red, donde vives y muestras tu trabajo de acuerdo a tus propias reglas; las redes sociales son casas ajenas, con normas propias que tienes que acatar si quieres permanecer en ellas.
Para elegir entre un sitio web propio o cualquier otro modelo, debes elegir qué tipo de control quieres sobre tu carrera. Creo que habrás visto, por otros capítulos de la serie y por otras entradas de mi blog, que la mayor característica de un escritor independiente es el control, un control total sobre todos los aspectos de su obra y su carrera. Por eso creo que no debes entregar el control de algo tan importante como tu página web a una empresa externa. Tú eres el autor y tú debes tener el control.
Cuando lleguemos a la cuarta parte de esta serie, volveré a hablar del control y por qué necesitas una página web propia. Para esta entrada, asumiré que estás de acuerdo y que estás dispuesto a trabajar para construir tu hogar en la red. Porque si crees que tus lectores no te van a buscar en internet y que no te merece la pena estar en la red, mejor que no sigas leyendo.
Creando tu hogar virtual
La forma más sencilla de crear tu hogar virtual es a través de un blog. Pero Miguel, me dirás, no entiendo; hablas de página web, sitio web, blog… ¿son lo mismo? Pues sí y no. Un sitio web es un conjunto de archivos situados en la red, a los que se accede mediante una dirección de internet. Los archivos que componen un sitio web son las páginas web, por eso se toma muchas veces la parte por el todo y se llama página web a un sitio web. Finalmente, un blog es un sitio web que se actualiza periódicamente con los pensamientos del autor, frente a los sitios web tradicionales, que son mucho más estáticos.
Para que te sea más sencillo, veamos mi caso. www.miguelangelalonsopulido.com es mi sitio web y también es la dirección del mismo. Una página de mi sitio web es la del Catálogo, por ejemplo, y Confesiones de un escritor es el blog en el que escribo dentro de mi sitio y que actualizo con más frecuencia que el resto de páginas, que son más permanentes.
Todo ello lo he creado yo mismo a través de WordPress, el sistema de gestión de contenidos más popular del mundo, y el que yo te recomiendo para que crees tu sitio web. La alternativa más popular es Blogger, aunque en mi opinión no llega al nivel de WordPress y no tiene una comunidad tan activa detrás. Cuando lleguemos a la cuarta parte de la serie, abordaré con mayor detalle las diferencias entre uno y otro y repasaré otros sistemas para que puedas elegir con conocimiento de causa.
Tú también puedes conseguir resultados similares o incluso mejores que los que he conseguido yo, y para ello debes estar dispuesto a hacer una inversión económica. Una dirección .com no es cara, puedes conseguirla por quince euros al año o menos si aprovechas las promociones de las empresas de dominios. Te recomiendo que uses una dirección .com o .es antes que una subordinada; piensa que para que Google te localice —y por extensión, tus lectores— es mucho mejor www.tunombre.com que www.tunombre.empresaquealojawebs.com.
Además del gasto para tu dirección de internet, deberás valorar si vas a usar servicios de hosting o no. Esos servicios te permiten alojar tus páginas web en empresas dedicadas a ello, de forma que cuando alguien teclea tu dirección, llega a la web que tú has creado. Hay muchas empresas que te ofrecen estos servicios en paquetes adecuados al volumen de tráfico de tu web, con una gran variedad de precios. Si no los utilizas, deberás usar la dirección que te proporcione el gestor que utilices —bien sea Blogger o WordPress— y redirigirla a tu dominio .es o .com, si lo has comprado.
Asume el control
Puede que te sientas abrumado ante todas estas decisiones, pero es el precio que hay que pagar por tener el control de tu propia web, y ese control te dará muchas posibilidades de aprovechar tu presencia digital. Puedes montar una tienda online para vender tus libros sin intermediario ninguno, puedes usarla para cimentar tu marca personal como escritor, puedes usar tu blog como herramienta de marketing de tus libros… el único límite es tu imaginación.
Para finalizar, insistiré una vez más en la importancia de tu página web. Es una parte integral de tu carrera y de tu marca como escritor, por lo que debes cuidarla al máximo. Hay muchos escritores que tienen webs horrorosas y aunque a corto plazo no parezca tener efectos negativos, sí los tiene en el medio y largo plazo, porque están limitándose a sí mismos. Y lo peor que puede hacer un escritor independiente es limitarse y no aprovechar todas las oportunidades a su alcance.
Así termino esta primera parte de la serie. La próxima semana… en realidad, no habrá próxima semana. Por cuestiones laborales, este mes de mayo no voy a poder continuar actualizando el blog, así que haré una pausa en Cómo autopublicar tu libro, y la próxima entrada de esta serie será el 1 de junio. No te la pierdas, porque las entradas de la segunda parte van a estar dedicadas a la compilación de e-books, con todo lo que necesitas saber sobre compilación y no sabías dónde buscar.
Hasta entonces… ¡sigue escribiendo!
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