Asume desde el principio que a los lectores no les interesas, y tampoco tus historias. Solo lo harán una vez que te conozcan y hayan leído algo tuyo. Para conseguir eso, debes cumplir una serie de requisitos:

  • Escribir buenas historias que atrapen a los que las leen.
  • Que esas historias tengan un buen envoltorio (portada, sinopsis, precio…) que intrigue a los posibles lectores.
  • Que el lector decida arriesgarse.

Puedes y debes trabajar para mejorar los puntos 1 y 2. El tercero está fuera de tu control.

La mala noticia es que para conseguir lectores que decidan probarte, debes darlo todo de ti para pasar con nota los puntos 1 y 2. No vale con uno solamente y no hay atajos de ningún tipo.

La buena noticia es que cuantos más lectores deciden probarte, más lectores estarán dispuestos a arriesgarse, con lo que llegará un momento que gran parte del trabajo se hará sin que tengas que estar pendiente.

Hasta entonces, ya sabes lo que toca. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Lou Levit en Unsplash