Segundo día de esta locura y de momento, voy más que bien. No solo he publicado la entrada con mi segundo informe de ventas, sino que he hecho mis mil palabras diarias para La Guerra del Ayer, en esta ocasión en poco más de una hora. También he podido pasar tiempo con la familia y los animales, he dormido bien y he podido agradecer los comentarios en redes sociales sobre esta locura. Un día muy provechoso, la verdad.

Para ello, la clave ha sido el trabajo previo, repartido a lo largo del fin de semana. El viernes dediqué una hora a recopilar los informes de ventas de las diferentes tiendas de los últimos meses e ingresarlos en mi base de datos. El sábado, con la base de datos actualizada, escribí el texto de la entrada y fui haciendo las capturas de pantalla correspondientes. Por último, el domingo me dediqué a subir las imágenes, dar formato al artículo y hacer el último repaso antes de dejar la entrada programada.

Gracias a eso, puedo publicar hoy una entrada de casi mil trescientas palabras junto con otra de más de quinientas, y además he dedicado una hora de escritura a la ficción para sacar mis mil palabras diarias.

Esa cifra tan redonda, 1000, será mi objetivo diario mientras dure este reto. Es un objetivo tangible y alcanzable, que me permitirá valorar mi producción y ajustarme a un calendario, tal y como hacen los escritores profesionales. Porque podría conformarme con escribir cualquier cantidad, pero me apetece poner el listón alto, pues creo firmemente que los retos nos ayudan a superarnos. Jamás pensé que podría escribir cincuenta mil palabras en un mes, y lo logré en el nanowrimo de 2014. Nunca se me habría ocurrido escribir más de mil palabras durante cuarenta días seguidos y además publicar una entrada diaria en esta bitácora, pero gracias a este reto, puede que lo consiga.

Por eso, he añadido una nueva racha en los contadores del final en la que indicaré los días seguidos que haya escrito más de mil palabras. Y hoy debo decir que he parado antes pero podría haber escrito mucho más, porque estaba metido por completo en la historia. Con La Guerra del Ayer estoy volviendo a la estructura de múltiples tramas y múltiples puntos de vista que usé en las primeras novelas de la saga, y eso me sirve para agilizar mi escritura, pues cada día es nuevo y eso evita que me aburra al escribir, que es lo peor que te puede pasar como escritor.

Además, si el lunes me costó más meterme en la historia, en esta me ha costado un poco menos y confío en que mañana me cueste menos aún. Ese es el valor de escribir cada día, que es práctica y la práctica te hace mejor en todos los ámbitos de la vida, incluida la escritura.

No quiero acabar esta entrada sin agradecer una vez más a todos los que han difundido y comentado esta locura en redes sociales. Muchas gracias a todos, ojalá cuando llegue el día 40 tenga el mismo respaldo o incluso mayor, aunque sé que para eso tengo que cumplir con este reto.

Así que a eso vamos. Mañana, más.

¡Feliz escritura!

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Lunes 24 de julio de 2017

Días seguidos publicando en el blog: 2

Días seguidos escribiendo ficción: 2

Días seguidos por encima de mil palabras: 2

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Imagen: Ilya Ilyukhin vía Unsplash.