Este martes me ha costado mucho escribir esta entrada. No tanto por la extensión, que es breve, sino porque sentía un enorme cansancio mental. Si no fuese por el poder de la racha, estoy seguro de que no habría escrito nada, así que una vez más debo agradecer al propio reto que me da las fuerzas para superarlo.

Y ese cansancio mental ha sido por muchas razones, más de las que me apetece escribir hoy, aquí. De nuevo la inestabilidad laboral, más la escritura del proyecto secreto que no he podido avanzar en nada (¡qué difícil es ser escritor fantasma!) y que la ley de Murphy se ha confabulado para que todo hoy se me rompa o me salga mal. Todo eso se ha sumado para un día en el que he tenido que respirar hondo muchas veces o si no me iba a reventar una vena.

Cuando leas esto, llevaré toda la mañana de gestiones, ojalá vaya todo bien y pueda terminar pronto para escribir algo. Por lo menos, espero que una buena noche de sueño me levante un poco el espíritu, porque ahora mismo lo único que me apetece es mandar a todo y a todos a ese lugar que te imaginas. En fin, mejor termino esta entrada antes de que escriba algo que luego pueda lamentar.

¡Feliz escritura!

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Martes, 15 de agosto de 2017

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Imagen: Ilya Ilyukhin vía Unsplash.