Un nuevo día movido en la vida de este escritor novel, en el que las cuestiones laborales han pasado por encima de la escritura. Te ahorraré todos los tediosos detalles; baste con decir que ahora sí que ha terminado el proyecto en el que estaba trabajando y no me voy con buen sabor de boca por cuestiones que no vienen al caso. Lo mejor de todo es que ahora voy a tener tiempo para escribir mientras sale el siguiente proyecto laboral, que espero sea lo antes posible. Lo peor, esa mala leche que te queda cuando no te dicen las cosas a la cara y buscan excusas que sabes que son falsas.
Hace un tiempo, habría montado una escena ante esa situación y a la mierda con las consecuencias. Sin embargo, uno ya peina canas y ha aprendido a controlarse. No tiene sentido dar portazos cuando puedes necesitar esa puerta abierta en el futuro. También ha influido el libro que estoy leyendo en estos días, Unbeatable mind, de Mark Divine, que compré precisamente para aprender a controlar esos estallidos. Gracias a él he podido comprender que no me dan rabia las excusas, sino que parezca que no estoy a la altura. Lo bueno es que las personas que me importan saben la verdad y eso es lo único que cuenta.
Puede que te estés preguntando qué tiene que ver todo esto con la literatura. La respuesta es todo y nada. Todo, porque estas situaciones de la vida real me sirven para plasmarlas en mis libros. Puede que en una novela de ciencia ficción tenga que tirar de imaginación para los escenarios, pero las emociones de mis personajes son tan reales como las mías y aprovecho mis experiencias para insuflar vida a cada personaje, algo que todo escritor debe aprender a hacer.
Pero tampoco tiene nada que ver. Simplemente me apetecía desahogarme y contártelo. En la entrada de mañana, espero tener algo más relacionado con la la literatura.
Hasta entonces, ¡feliz escritura!
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Miércoles, 16 de agosto de 2017
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Imagen: Ilya Ilyukhin vía Unsplash.
Lo mejor con gente así es guardarla y la próxima vez que te contacte, decirle que no, que estás muy ocupado, o darle un precio escandalosamente grande y por adelantado, y cuando te pregunte (si lo hace) le dices que para cubrir las pérdidas del encargo anterior y de futuro.
Yo lo he hecho varias veces y vale la pena esperar.
Por el momento, creo que no necesitaré recurrir a esas tácticas, sobre todo porque todavía no tengo el leverage suficiente y soy quien más tiene que perder. Además, el proyecto en sí terminaba a fin de mes sí o sí, y la posibilidad del adelanto de ese término siempre estuvo sobre la mesa. Lo que me apunto son las formas de algunas personas, que no me esperaba y que caen en su debe. Y si otro proyecto competidor surge, cualquier lealtad que hubiese por mi parte ha desaparecido por completo. Que uno es tonto, pero no gilipollas, como suele decirse.
¡Un abrazo muy fuerte, Rafa, me ha alegrado mucho tu comentario y saber de ti!
Vaya, lo siento muchísimo. Aunque no sé si en realidad debo sentirlo. Quiero creer que este tipo de cosas abren puertas a oportunidades que no somos ni siquiera capaces de imaginar.
Te contaré algo en esta casita tuya que todavía no he contado en la mía: el pasado 11 de julio me despidieron. Ya antes tenía pensado irme todo el mes de agosto al norte (para no pasar calor) y escribir, hacer como una especie de ensayo de vida de escritor profesional. No cambié mis planes. Ahora no podía hacerlo (menos que nunca), porque quiero ver el despido como una oportunidad para intentar alcanzar la vida que quiero vivir.
Hoy estoy de vuelta en Madrid para arreglar los papeles del SEPE y mañana tengo la conciliación. Hace un mes lo veía todo como una montaña cuya cima me parecía inalcanzable. Hoy lo veo, como te dije un poco más arriba, como una oportunidad que me ofrece la vida.
Venga, ánimo. Saldrás de ésta porque eres un tipo que vale mucho. Lo importante: tener limpia tu conciencia y que los tuyos te quieran ya lo tienes 🙂
¡Un abrazo de los gordos!
Muy buenas, Ana.
Para que luego hablen de las casualidades. Lo primero, la mejor de las suertes para ti, ya sea en la literatura o en la búsqueda de un nuevo empleo. Por si te sirve de algo, el año pasado estaba en una situación similar, intentando ejercer de escritor profesional con dedicación plena, pero no logré alcanzar ese objetivo por impedimentos económicos (los ahorros que no son infinitos), así que volví a ser un trabajador a sueldo. Mi consejo si quieres intentarlo es que eches muchos números antes, y no de las palabras escritas, para asegurarte que puedes subsistir durante el tiempo necesario para alcanzar tus objetivos. Date un plazo que consideres razonable… y luego multiplícalo por dos. Solo de esa manera podrás estar segura.
Es lo que me habría gustado hacer a mí, que mi fracaso sirva al menos como ejemplo 😉
Y muchas gracias por los ánimos. Como bien dices, lo importante es tener la conciencia limpia y el aprecio de los míos. Todo lo demás sobra.
¡Un fuerte abrazo!
Nada de fracasos. Sólo es un aplazamiento. Algún día lo conseguirás 😉 (lo conseguiremos) 🙂
Gracias por el consejo. Lo voy a seguir al pie de la letra.
¡Un abrazo!