Los lectores más avispados de esta bitácora se habrán dado cuenta que en la entrada anterior, Piensa como una editorial, no incluí una cuestión importante: el tiempo empleado en escribir una novela y cómo reflejarlo en los costes de producción de la misma. (Mención especial para María Montesinos, escritora independiente que apuntó el tema en los comentarios). Para poder responder a esa pregunta, tenemos que saber cuánto vale tu trabajo como escritor.

En primer lugar tenemos que reformular la cuestión porque preguntar cuánto vale nuestro trabajo es tramposo, pues el valor siempre es subjetivo. Para nosotros vale mucho, pero para nuestros lectores no tiene por qué ser así; en lugar de preguntarnos cuánto vale, es mejor que lo planteemos desde un punto de vista más profesional. Por eso, no preguntes cuánto vale, sino cuánto cuesta tu trabajo.

Es muy posible que no sepas cuánto cuesta tu trabajo, así que te voy a explicar cómo calcularlo. Si algún lector es un profesional autónomo o independiente, conoce bien el concepto de hora de trabajo, muy necesario a la hora de hacer presupuestos o calcular costes. En el caso de los escritores también nos será útil para calcular cuánto cuesta nuestro trabajo. Vamos a ello.

Partamos del dinero que quieres ganar al mes. Si planteas cifras irreales como tres mil euros obtendrás resultados irreales, así que partamos de un número asequible como son mil euros. Pero son mil euros netos, así que para llegar a ellos vamos a necesitar mil cuatrocientos euros brutos al mes. Ahora tenemos que dividir esa cantidad entre las horas de trabajo que vamos a echar cada mes y con eso obtendremos el precio de una hora de nuestro trabajo (Por si acaso, la cifra de mil cuatrocientos euros es un ideal y un objetivo, no estoy implicando que vayas a ganar ese dinero solo por escribir una cierta cantidad de horas).

Ojo. No hagas esa división con las horas reales que trabajas en tu escritura (si tienes otro empleo que te dé de comer serán dos o tres como mucho); el resultado sería totalmente irreal. Tienes que hacerlo con una semana laboral estándar de cuarenta horas, esto es, ocho horas diarias de lunes a viernes, o una cifra similar. ¿Por qué? Porque si quieres cobrar por tu escritura como si fuera un trabajo, tendrás que empeñar las mismas horas que en cualquier otro trabajo. ¿O pensabas que con media hora diaria puedes exigir lo mismo que con ocho?

Para simplificar los cálculos vamos a suponer que trabajas en la escritura 160 horas al mes. Si quieres trabajar más o menos, modifica las cifras según tus preferencias. Al dividir los mil cuatrocientos euros brutos que quieres ganar entre esas 160 horas, obtienes que cada hora de trabajo debe reportarte 8,75 euros brutos de beneficio. Ese es el precio de tu trabajo como escritor, algo menos de nueve euros la hora.

De nuevo, este es un ejemplo, así que no me saltes al cuello en los comentarios diciendo que estoy menospreciando el trabajo del escritor. Si te parece poco o mucho, modifica el sueldo que quieres ganar o las horas que quieres trabajar hasta llegar al valor que más te guste. O bien asigna de manera arbitraria un valor a tu hora de trabajo porque tú lo vales. Para el propósito de esta entrada, también será válido.

Ahora que ya sabemos lo que cuesta nuestro trabajo es la hora de calcular el coste de cada libro que hayamos escrito. Para eso, necesitas saber cuántas palabras escribes por hora (¿comprendes ahora por qué siempre hablo de palabras y nunca de páginas?). Te pondré mi propio caso como ejemplo; puedo escribir perfectamente mil palabras por hora o incluso más, pero no puedo sostener siempre ese ritmo, así que mi media esta en las 800 palabras por hora. Tú puedes escribir más rápido o más lento, así que cambia la cifra según tu velocidad. Mi libro La cosmonave perdida tiene 35.000 palabras, así que he invertido en él (redondeando) 44 horas. A un precio de 8,75 euros brutos por hora, el coste de la escritura de mi libro ha sido de 385 euros.

¿Comprendes cómo funciona? Calculas lo que cuesta una hora de tu trabajo. Calculas las palabras que escribes en una hora. Cuando acabas tu libro, calculas las horas que has invertido y lo multiplicas por el precio de tu hora de trabajo. Así obtienes el coste de la escritura de tu libro, de una forma objetiva y que no esté abierta a interpretaciones.

Es importante que estos cálculos los hagas solo con el libro terminado, porque así estás calculando con un producto completo. Si quieres sumar las horas que estuviste corrigiendo, documentándote, mentalizándote o mirando a las musarañas mientras pensabas la siguiente escena, estarás inflando de forma arbitraria el coste. Hazlo si quieres, pero bajo tu responsabilidad; luego no quiero quejas cuando no cobres lo que crees que mereces. Repito: si partes de cifras irreales, obtendrás resultados irreales.

Más ejemplos para que veas como funciona. Traición en el Gran Consejo es una novela más larga, de 80.000 palabras, en la que he invertido (según mi velocidad media) 100 horas de trabajo o 875 euros. Con Proyecto Armagedon, que son 120.000 palabras, serían 150 horas o 1.312,5 euros. Haz la prueba con tus propias historias, puede que te sorprenda el resultado.

Recuperar la inversión

Ya has calculado cuánto cuesta tu trabajo y ahora solo te queda esperar para recuperar esa inversión. Vamos a calcular cuánto tardaré yo en hacerlo, para que veas cómo se hace con casos reales. En el caso de La Cosmonave Perdida, 385 euros más 12 de la portada hacen 397 euros. Para recuperar ese dinero, tengo que vender (según la tabla de beneficios) 1.369 unidades. Si cojo la cifra de diez unidades vendidas de media al mes (como expliqué en la entrada anterior), eso son 137 meses o algo más de 11 años para recuperar los costes y empezar a tener beneficios. Puede parecer mucho, pero…

Como ves, ya recuperé ese dinero hace tiempo y es una de las razones por las que decidí hacer gratuita La Cosmonave Perdida. Hay meses que he vendido menos de diez unidades y otros, la mayoría, en los que he vendido muchas más. De esa forma he podido sacar beneficios del libro en poco más de dos años. Me ha ido muy bien con él, pero estaba dispuesto a esperar lo que fuera necesario, incluso esos 11 años que salían antes, porque soy muy consciente de que era mi primer libro y de que con el precio de 0,99 solo ganas dinero de verdad si mueves miles de unidades al mes y eso, en el mercado español actual, es imposible.

Cuando calcules cuánto cuesta tu trabajo y lo incorpores a los costes de tu libro, debes tener todos esos aspectos en cuenta. No puedes inflar tus costes con horas de trabajo en las que no has trabajado y si decides de forma unilateral que tu hora de trabajo cuesta cincuenta euros tienes que asumir que no lo vas a recuperar de la noche a la mañana (a no ser que te llames Arturo y te apellides Pérez-Reverte, por ejemplo). Esto no es ni bueno ni malo, es la realidad empresarial del escritor independiente. Y si quieres dedicarte a esto, tienes que tener en mente esos números.

No es tan complicado. Con un mismo precio y al mismo ritmo de ventas, obtendrás beneficios antes con una novela corta de 30.000 palabras que con otra de 100.000, y tardarás menos en producir la primera que la segunda. Es puro sentido común. Lo importante es lo que vengo repitiendo desde hace tiempo: escribe, acaba lo que escribes, publícalo, y repite el proceso hasta que los lectores te descubran.

Espero que ahora te haya quedado claro, pero seguro que alguno tendrá dudas o no estará de acuerdo con mis planteamientos. Lo bueno es que para eso están los comentarios, donde podemos seguir el debate. Ahí te espero si quieres decir algo sobre esta entrada.

¡Feliz escritura!

Imagen: Csabi Elter vía Unsplash.