Tu mente es como un mono.
No me lo he inventado yo. Es una metáfora budista para referirse a la parte inquieta, apresurada y caprichosa de tu mente.
Sí, esa parte desordenada que es incapaz de quedarse quieta y que salta de un pensamiento a otro como un mono de rama en rama.
O, en otras palabras, una forma más de Resistencia.
Una bastante perniciosa, de hecho.
Porque puede ocurrir, y te lo digo por experiencia, que madrugues para hacer tu trabajo, quieras comenzar a escribir pero cuando quieres darte cuenta, llevas una hora perdiendo tiempo en tareas accesorias que pueden esperar.
Controlar el mono es parte fundamental de tu trabajo como escritor, o de cualquier otro trabajo creativo.
De hecho, si dejas al mono suelto ya puedes irte olvidando de crear nada memorable.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Felipe Correia en Unsplash