Se hace difícil retomar esta bitácora después de tanto tiempo. Han pasado muchas cosas desde que dejé de escribir aquí hace algo más de mes y medio. Lo que pensé era una forma de liberar energía creativa para invertirla en otros cometidos era, en realidad, un síntoma de colapso. Un colapso que llegó sin hacer ruido y que me ha mantenido lejos de la pantalla y lejos de la escritura durante estas semanas.

No tiene sentido ponerme aqui a hablar de lo que me ha pasado. Mis circunstancias personales seguirán siendo personales. Lo que ocurre en mi trabajo alimenticio se queda allí. Es la suma de todas esas cosas la que ha desencadenado la situación, a lo que hay que sumar la Resistencia generada al escribir La Guerra del Ayer, que es mi novela más importante hasta la fecha.

Esto último no es retórica vacía. Este libro supone el cierre de una historia iniciada hace cuatro años, y todas las dudas y miedos que aparecen en cualquier novela aquí surgen multiplicadas. No puedo compararme con él, pero ahora entiendo lo que está pasando George R.R. Martin. La situación es la misma, al fin y al cabo.

Pero basta ya de introspección. Ya he perdido suficiente tiempo por este año y esta vida. Tengo una novela que escribir, una web que arreglar, y muchas cosas que contar. Ahora, a escribir.

¡Feliz escritura! 

Imagen: Glenn Carstens-Peters en Unsplash