En la vida y en la escritura, es necesario que sigas aprendiendo durante toda tu vida. Se llama formación continua y es algo necesario en todas las profesiones, incluyendo la de escritor.

La formación continua no es asistir a cursos y talleres (aunque eso también ayuda), es estar dispuesto a aprender cada día y tener una mentalidad abierta para mejorar tus aptitudes.

O quizá mejor que mentalidad abierta, necesitas humildad. La humildad para reconocer que siempre hay alguien que sabe más que tú y del que puedes aprender y, a partir de ahí, preocuparte por aumentar tus conocimientos.

Además, has de aprender con un objetivo.

Si para lo único que aprendes es para acumular conocimiento, eso solo servirá para ganar quesitos en el Trivial y ser un sabelotodo.

Pero si aprendes para aplicarlo luego, puedes acabar haciéndote rico gracias a todo lo que has aprendido.

Mañana, más. ¡Feliz escritura! 

Imagen: Patrick Tomasso en Unsplash