Una de las cosas que más me ha chirriado siempre son los «consejos» para escritores en los que se habla de cosas que tienes que hacer incluso antes de empezar a escribir y que normalmente son cosas que no están relacionadas de forma directa con la escritura: crea tu página web, empieza a escribir en tu blog, haz tu lista de correo, ser activo en redes sociales, investiga los libros de tu género para ver que se vende más y escribir algo parecido…

A ver, que todas esas cosas tendrán su utilidad en diferentes fases de tu carrera y que, como todo en esta vida, cuanto antes empieces con ellas, antes acabarás. Pero el orden de los factores no es ese y, en este caso, afecta mucho al producto. Lo primero y principal que tienes que hacer como escritor es escribir; cualquier otra tarea es secundaria, y no dejes que nadie te convenza de lo contrario.

Si empiezas a dar prioridad a otras facetas de tu carrera sobre la escritura, vas por un camino muy peligroso, porque tu subconsciente se dedicará a cumplir órdenes, y hará que escribir deje de tener importancia para ti. Si llegas a ese punto, la has cagado, lisa y llanamente. Así que escribe. Haz el esfuerzo consciente y deliberado de sentarte a escribir durante el plazo de tiempo que te haga sentir cómodo, o la cantidad con la que quedes satisfecho.

Porque nunca debes olvidar el poder de las matemáticas. Escribe 500 palabras al día, un folio más o menos, y terminarás el año con más de 180.000 palabras escritas, entre una y tres novelas, dependiendo de la extensión que quieras darle a tu libro. Si es mucho para ti y tu cerebro, o tu agenda, no te permite hacer más que 250 palabras diarias (este post tiene casi 500, para que te hagas una idea), serán algo más de 90.000, una novela de mediana extensión o dos cortas. Puedes ser un autor prolífico escribiendo solo 250 palabras diarias; imagina qué pasaría si escribes más que eso.

Por eso no tienes que perder de vista que tu principal trabajo es escribir, y que no hay ningún requisito previo de obligatorio cumplimiento. Todas esas tareas que mencionaba en el primer párrafo están muy bien y es bueno que trabajes en ellas, pero solo si la escritura es tu primera prioridad. Piénsalo, de nada te servirá la mejor página web o una lista de correo de 10.000 suscriptores si no tienes ningún libro escrito y publicado, sobre el que escribir un post o mandar correos.

Para los escritores, el orden de los factores importa, y mucho. Y si no me crees, prueba a untar mermelada en el plato y luego poner la tostada encima. O, usando el sabio refranero castellano, empieza la casa por el tejado en lugar de por los cimientos. Primero escribes y terminas lo que escribes. Solo entonces puedes preocuparte de cómo venderlo.

Ya sabes, ten mucho cuidado ahí fuera.