El tiempo vuela. El primer trimestre de 2021 se nos ha ido y para mí, marzo ha sido un mes agridulce, como verás en un momento. Por un lado, estoy trabajando de nuevo y con un buen sueldo, así que el buscar trabajos alimenticios ya no es una prioridad y eso libera tiempo y preocupaciones en mi cabeza. Pero por otro lado, el cerrar esos trabajos alimenticios y otras cuestiones familiares de papeleos ha ocupado demasiado de mi tiempo este mes. Y la escritura lo ha sufrido. Mucho.

Salta a la vista que es un mes que no se puede volver a repetir si quiero cumplir con mi objetivo de tener La Guerra del Ayer terminada y al menos prepublicada para mi cumpleaños. Solo cinco días escribiendo en el mes es un balance muy pobre que no me enorgullece mostrar, pero aquí estamos para lo bueno y para lo malo. Lo que más temo es que ahora voy a tener que batallar contra la inercia para recuperar el ritmo escribiendo, porque la costumbre se ha perdido. ¿Y cómo no, con este erial desde el 11 de marzo?

Esta dejadez también ha repercutido en el blog. Varias veces he tenido que escribir y publicar la entrada en el mismo día y, ayer, que debía estar escribiendo estas líneas para publicar como cada jueves, no pude. E incluso cuando ya por la tarde estaba relajado y podía dedicarme a hacer este post, es que ni siquiera me acordé. Eso sí es una señal de que tengo que hacer cambios, porque si no, va a ser imposible cumplir con el reto y todos los objetivos que me planteé con él. Por tanto, toca ser flexible y reformular el plan para atacar a esa Resistencia que es el mayor enemigo.
El blog va a convertirse en una columna semanal, con posts más largos en los que iré trabajando un poco (o un mucho) cada día para publicarlos el viernes. El primero de esos artículos, el 9 de abril, estará dedicado a las nuevas ediciones en tapa dura que va a ofrecer Amazon a los escritores independientes y el 16 de abril, vuelve «Cómo autopublicar tu libro en 2021» con el capítulo dedicado a la edición física de tu libro.
Además de estos posts semanales, publicaré otros más cortos cuando me parezca, para hablar de cualquier cosa que considere de interés, relacionada con el mundo de la autopublicación, o no. Porque voy a ampliar un poco el espectro de esta bitácora para no limitarme tanto. Todavía tengo que ver cómo lo hago y con qué temas, pero en todo caso serán reseñas, noticias, o anuncios. Vamos, cosas a las que que no merezca la pena dedicar un artículo semanal.
Eso en cuanto al blog, en lo que a escritura se refiere, voy a escribir más a menudo y en ratos más cortos, aprovechando pausas del trabajo y todos los momentos que pueda en casa. Para ello, estoy esperando mi nueva «máquina de escribir», con la que tener la potencia, versatilidad y ligereza que necesito. Ya os hablaré de ella cuando llegue y de por qué la he escogido. Mientras tanto, seguiré utilizando mi viejo, confiable y lento portátil para escribir todo lo posible en estos días de Semana Santa, y levantar esas cifras.
Solo quedan nueve meses para que acabe el año, así que no puedo perder más tiempo.
Ya sabes, ten mucho cuidado ahí fuera.