En tu carrera como escritor independiente —y en cualquier otro aspecto de tu vida—, es lógico que siempre tengas la vista puesta en tu objetivo último. El problema es cuando esa visión de futuro se convierte en una obsesión.
Cuando nos obsesionamos por algo que no tenemos, surge la insatisfacción, y la insatisfacción es un distractor muy poderoso.
En lugar de trabajar para llegar a nuestro objetivo, nos dedicamos a lamentarnos de nuestra mala suerte o intentar analizar qué pasó para que no tengamos ya aquello que deseamos.
Recuerda que lo que importa no es el destino final, sino el viaje. Debes seguir trabajando para que llegue un día en el que eches la vista atrás y descubras que has llegado más lejos de lo que nunca imaginaste, y eso que solo estás a medio camino.
Obsesionarse con aquello que no tienes no sirve para nada. Es más, lo único que hace es distraerte y evitar que actúes para conseguirlo.
Disfruta del punto en el que estás y reconoce que es un paso necesario en tu viaje. Un viaje que no terminará mientras vivas.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Mantas Hesthaven en Unsplash
Me guta el vuelco del blog, una especie de «autoayuda / superación personal» para escritores.
Felicidades.
¡Muchas gracias, Héctor! Me alegra que te guste el nuevo rumbo. ¡Un abrazo!