Escribir bien es algo relativo. Acabo de abandonar un libro cuyas frases estaban todas bien escritas. Eso sí, escritas con un lenguaje pretencioso y lleno de adjetivos innecesarios. Seguramente, pensaba que escribir bien es usar palabras que no usas en tu lenguaje habitual.

Pues no. Ya llevo sobre este mundo más de cuatro décadas, y todavía no he escuchado a nadie usar la palabra «evanescente» en una frase. De hecho, solo recuerdo haberla visto en ese libro que te decía al principio.

Cada vez que cometes ese error en tus textos, estás alienando a tu posible lector. Y cuando eres reincidente, el lector deja tu libro aparcado para siempre. Eso es lo que me pasó con ese libro, que a su lenguaje pretencioso unía otros defectos que no vienen al caso.

Ojo, no quiero decir con esta crítica que renuncies a un vocabulario rico y extenso en tus escritos. Solo a que lo dosifiques y utilices con la mesura necesaria para no obligar a tus lectores a leer con un diccionario al lado.

Piensa que nadie, nunca, se quejará de que has escrito un texto demasiado fácil de leer. 

Desde luego, yo no lo haría.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Cathy Mü en Unsplash