En tu carrera como escritor independiente y en otros aspectos de la vida, puedes llegar a pensar que estás frente a una pirámide y tu objetivo es llegar a la cima.

Tiene su lógica, al igual que la metáfora de la montaña que he utilizado en alguna ocasión.

Sin embargo, una vez que vas avanzando en tu carrera te das cuenta de que la pirámide no es como pensabas.

La pirámide está invertida. 

Cuando empiezas tu carrera, tu alcance es minúsculo, tanto en posibles lectores como en tu capacidad. A medida que vas progresando y adquieres más experiencia, crece tu capacidad, algo necesario porque tu alcance aumenta y tienes que mantener ese crecimiento.

Cuando quieres darte cuenta, estás en un nivel superior, con un alcance mucho mayor que en tus inicios pero en el que sigues luchando para salir adelante. ¿Por qué? Porque a medida que tu alcance aumenta, también lo hace el esfuerzo que necesitas para estar en ese nivel.

Y así, poco a poco, vas subiendo la pirámide invertida. No tiene por qué hacerse más fácil con el tiempo, al contrario, puede que tengas que esforzarte más para conseguir los mismos resultados, pero es la naturaleza de este juego.

Porque el alcance que hay en la cima de la pirámide invertida, el mayor posible, el que se reserva para los grandes best-sellers, hay que ganárselo. No hay otra manera.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Jeremy Bishop en Unsplash