La triste realidad es que no necesitas mucho para parecer productivo ante los ojos de los demás.

Digo triste porque lo cierto es que son pocos los que trabajan con esfuerzo y constancia. Como son tan pocos, normalmente parecen dioses lejos de los mortales, pero son humanos como tú y yo.

Sentarte frente a tu ordenador y escribir aunque sean unas pocas líneas ya te pone muy por delante de todos los que no lo hacen.

Hacerlo todos los días durante un año te coloca en un estrato superior, al alcance de unos pocos.

Si además has podido traducir todo ese tiempo trabajando en resultados, es decir, en historias o libros que puedes publicar, te situarás en ese nivel dios del que hablaba antes.

Puedes emprender el camino hacia ese nivel hoy mismo. No necesitas permiso ni debes esperar a una fecha adecuada como primero de enero o algo parecido.

Solo necesitas hacerlo. Como dijo un maestro, intenta no, hazlo.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: Charles Koh en Unsplash