Y en ella, el protagonista eres tú.
No tu pareja, no tu familia, no tus compañeros de trabajo, no tus amigos.
Tú eres el protagonista de tu historia.
Y como ya deberías saber, ninguna historia es satisfactoria si el protagonista no es capaz de superar los obstáculos que surgen en su camino.
Cuando no hay obstáculos, la historia es insulsa, y al final, insatisfactoria.
Pero cuando existen y los enfrentas, tu historia es memorable.
Piénsalo. ¿Cuáles son tus recuerdos más intensos? Seguro que no fue aquel domingo que dedicaste a hacer un maratón de series. Pero el día que terminaste tu primer libro… eso sí que lo recuerdas ¿verdad?
Como protagonista, estás escribiendo tu propia historia. Supera los obstáculos y reclama tu papel protagonista.
Solo así conseguirás una historia digna de ser contada.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Esteban Lopez en Unsplash