Si no te rindes y sigues progresando en tu camino como escritor, llegará un momento en que te das cuenta de que tenías la verdad delante de tus narices.

Escribir para otros es el mayor error que puedes cometer. Tu mayor competidor debes ser tú mismo, igual que tu mayor crítico (aunque debes recordar que no estás capacitado para juzgar tu trabajo).

Esto es así porque, simple y llanamente, no tienes ni idea de lo que piensan otros.

Es muy arrogante asumir que conoces el mercado, sabes lo que es popular y puedes escribir un libro casi a la carta.

No, así no funciona. 

Escribe aquello que te gustaría leer. Si no lo haces, se va a notar a la legua que no hay pasión en lo que has escrito y entonces es cuando puedes despedirte de cualquier aspiración artística.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!  

Imagen: Austin Chan en Unsplash