Hoy lunes 18 de enero, la vida ha empezado a lanzarme las primeras bolas duras para evitar que saque adelante mis proyectos, y es la razón por la que publico esta entrada a estas horas y no más temprano, como suele ser costumbre. De hecho, perfectamente podría haberme saltado este lunes y no publicar la entrada que correspondía de la serie «Cómo autopublicar tu libro», como he hecho. Ya lo escribí hace años: la rigidez puede matarte y hay que adaptarse a las circunstancias.

Sin embargo, no quería empezar a fallar tan pronto. Aunque no sea una entrada de esa serie, estas palabras me sirven para mantener mi regularidad publicando, algo esencial para ponerse en racha. Si el plan A falla, siempre tienes que tener un plan B disponible. Y puede parecer una tontería, pero para mí es fundamental tener constantes en la vida y sacar entradas de forma regular es una que no quiero perder.

Además, esta entrada también me sirve para ir contando cómo va el Reto de las 365.000 palabras, y de momento no podía ir mejor.

No he perdonado ni un solo día de escritura y en todos he superado las mil palabras de media que necesito. De hecho, estoy acumulando una pequeña ventaja que me será útil más adelante, cuando vengan mal dadas de verdad. Porque pueden venir tiempos complicados, pero si lo hacen serán bienvenidos porque supondrán un sustancioso aumento de ingresos. Eso repercutirá positivamente en mi escritura; en mi experiencia, cuando uno no tiene problemas para llegar a fin de mes está mucho más relajado y con más ganas de escribir. Otra cosa es que tenga que robar horas al sueño para hacerlo, pero no sería la primera vez ni la última.

bueno, como entrada tendrá que bastar, que ahora tengo que ponerme con trabajos alimenticios hasta altas horas de la madrugada.. Espero que el próximo jueves sí pueda dedicar el tiempo que merece a este blog. Y si no puedo hacerlo, tocará tirar de nuevo de plan B. Lo bueno, es que como el abecedario tiene un montón de letras, no voy a quedarme sin planes.

Ya sabes, ten mucho cuidado ahí fuera.