El fenómeno de la autopublicación apenas tiene diez años de edad, pero ya ha roto todos los esquemas anteriores.
Y el futuro está por inventarse.
Porque los lectores de tinta electrónica seguirán, los smartphones y las tablets seguirán, los audiolibros seguirán y los libros en papel seguirán. Cada uno de ellos ofrece una experiencia diferente y apela a un tipo de lector diferente.
Pero en veinte años todo eso habrá cambiado.
Puede que haya historias con realidad aumentada o puede que ya no haya literatura pura y que todo sea transmedia, uniendo todos los modos de contar una historia. O puede que sea algo totalmente diferente.
No lo sé, cualquiera que intente predecir el futuro cuenta con todas mis simpatías, aunque dudo que vaya a tener éxito.
Lo único seguro es que la gente seguirá deseando que le cuenten historias. Y quienes sean capaces de cubrir ese necesidad tendrán un modo de vida asegurado.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Avi Richards en Unsplash