La entrada de hoy ha sido publicada casi al final de la jornada y no es por casualidad. Se trata de la última entrada del experimento que inicié hace 300 días. La última entrada diaria de esta bitácora.

La verdad, podría seguir escribiendo todos los días aquí, pero varios factores se han unido para llevarme a la decisión de terminar con la publicación diaria.

El primero, que la escritura de ficción necesita más tiempo de mi parte. Tengo una novela que terminar, además de otra a la que no he podido resistirme y que he dejado parada en cuanto he soltado todo lo que la musa me dictaba. Mis lectores de ficción, que al fin y al cabo son los que compran mis libros, se merecen que me dedique más a ello.

En segundo lugar, está la cuestión de la nueva Ley de Protección de datos que entra en vigor en unos días. Francamente, no podría interesarme menos el tema, pero uno no puede hacerse el sueco. La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, así que voy a tener que adecuar esta bitácora a la Ley, y eso requiere tiempo también. No sé si me dedicaré a añadir textos relativos a la declaración de privacidad y los datos que pueda pedir, o (más probable) cierre comentarios y lista de avisos y me limite a poner un aviso de cookies. Lo pensaré en los próximos días, y mandaré correos a mi lista de avisos y a los suscriptores del blog, para avisarles.

Y en tercer lugar, debo tener en cuenta la evolución de mi carrera y de lo que creo que debo hacer con ella. Cuando empecé, me centraba en escribir, tanto mis libros como esta bitácora. Ahora, a medida que uno va publicando más títulos y tiene un catálogo más extenso, veo que puedo dar más de mí.

Tengo pendiente meterme en la no ficción, y tengo varias posibilidades para añadir títulos de no ficción a mi catálogo. Desde el largamente postergado Cómo autopublicar tu libro hasta el Manual de Scrivener, pasando por otros libros que tengo planeados como La soledad del escritor de fondo, Esto es un maratón, no un sprint o Confesiones de un escritor.

Eso en cuanto a no ficción, pero mis ingresos vienen de la ficción y quiero darle la importancia que merece. Quiero acabar La Guerra Treyana y ponerme con esa otra novela que mencionaba. Quiero empezar la serie de fantasía urbana de la que Tierra Quemada ha sido el prólogo. Quiero publicar más relatos cortos, un formato en el que me he sentido sorprendentemente cómodo. Quiero experimentar con las recopilaciones…

Y que no se me olvide que tengo la web todavía a medio hacer desde que hice el cambio de servidor en febrero. Tengo que actualizar el catálogo, actualizar la guía de lectura, habilitar el https y muchas cosas más.

En fin, que quiero hacer mucho, pero mi creatividad es limitada y de algún lado tengo que sacar. Así que la publicación diaria de esta bitácora llega a su fin. Eso no quiere decir que esta sea la última entrada. Voy a seguir escribiendo, pero ahora lo haré cuando me apetezca. De momento, eso se limitará a mis balances mensuales. En el futuro, ya veremos.

Así que no os vais a librar de mí. ¡Feliz escritura! 

Imagen: Warren Wong en Unsplash