Críticas

No sé si es algo común entre escritores, pero soy muy crítico con mi propio trabajo. Mucho. y puede que sea por eso que relativizo mucho las críticas y opiniones que recibo de mis obras. Las valoro y las tengo en cuenta, pero no dejo que las positivas se me suban a la cabeza o que las negativas me depriman. Si dejas que las opiniones ajenas te condicionen en exceso, tu escritura será mucho mas pobre porque no estarás escribiendo para ti o para tus lectores, sino para tus críticos.

Por eso, debes tomar siempre todas las reseñas de tus obras con cautela. Hay críticas muy razonadas y fundamentadas y también opiniones cargadas de prejuicios y mala leche y cualquiera de ellas puede caer sobre ti. Has publicado una obra, eso significa que la has hecho pública y, por tanto, te expones a la crítica. Puedes usar un seudónimo, pero tu libro no, y puedes encontrarte críticas de todo pelaje, y de hecho lo harás.

En mi caso, no puedo quejarme en absoluto de las opiniones que estoy recibiendo de La Cosmonave Perdida. La inmensa mayoría de ellas son favorables, y solo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos lectores que se han molestado en escribir unas líneas para darme su opinión. Especialmente para los que no les ha gustado el libro.

No es un comentario irónico, es una realidad. Soy tan crítico con mi trabajo que no me he sentido realizado de verdad como autor hasta que he recibido mis primeras opiniones negativas. El contenido de las mismas es lo de menos, pues lo que hacen esas reseñas es darme la razón cuando pienso en los defectos de mis obras. Eso es bueno, porque me anima a seguir aprendiendo, mejorar mi escritura y no dormirme en los laureles. Sé que me queda mucho trabajo por delante si quiero cumplir mi sueño de vivir de lo que escribo y, en mi caso, las críticas negativas sirven para que no se me olvide.

No pienses que soy masoquista y que solo quiero opiniones negativas. Esas me sirven para recordar que todavía puedo mejorar, pero las positivas me muestran que estoy en el buen camino. Cuando alguien dice de tu libro que «lo ha disfrutado como un niño» o que «me la he leído de un tirón» es inevitable que tengas un subidón de ego. Al final del día, soy humano y me gusta que mis lectores disfruten con lo que escribo. Y por cada opinión positiva estoy infinitamente agradecido.

Pero las críticas y las opiniones no son las que deben motivarte. Esa motivación debe venir de dentro, del convencimiento íntimo de que puedes conseguirlo. Autores como Manel Loureiro lo han conseguido a base de trabajo y esfuerzo, y eso es lo que debes poner de tu parte. Porque si lo haces y perseveras, puedes llegar a vivir de lo que escribes, a pesar de las críticas.