Ya es 1 de noviembre. Eso significa que el NaNoWriMo ha comenzado y en estos momentos estaré escribiendo para cumplir con el objetivo de las 50.000 palabras. Pero antes de ponerme a escribir habré escuchado una vez más el vídeo que tienes arriba. Steven Pressfield eleva una plegaria a las musas cada día antes de ponerse a escribir. Yo no llego a tanto, pero sí tengo mis pequeños rituales y con esta nueva novela voy a añadir uno nuevo: ver este vídeo.
Creo que ZeFrank ha hecho un trabajo muy inspirador. Por eso, he querido compartirlo con vosotros y ofreceros la traducción del vídeo, para aquellos a los que el inglés os cueste un poco. Espero que os inspire tanto como a mí.
Tengo miedo. Tengo miedo de que mis habilidades hayan desaparecido. Tengo miedo de joder esto. Y tengo miedo de vosotros.
No quiero empezar, pero lo haré. Esta es una invocación para cualquiera que todavía no haya empezado, que esté atrapado en ese terrible lugar entre cero y uno.
Haz que me dé cuenta de que mis errores pasados no son un presagio de mis actos futuros. Son solo pequeños y inocuos fuegos que sirven para calentarme el culo.
Si mi ALMVAH (A La Mierda, Voy A Hacerlo) es fuerte, hazme guardarlo en una caja de terciopelo hasta que realmente lo necesite. Si mi ALMVAH es débil, hazme alimentarlo con naranjas y no dejes que se atiborre de ego y arrogancia.
Haz que no use mi Facebook como si fuera una droga. Mantén el navegador cerrado.
Si me descubro llevando un tutú (tu eres muy gordo, tú llegas muy tarde, tú eres muy viejo) haz que me lo sacuda de encima de la misma forma que un burro se sacude algo que no le gusta.
Y cuando tenga ese sentimiento en mi estómago, ya sabes, cuando de repente sientes una bola de energía que se dispara en tus piernas y en tus brazos y te dice que te levantes y vayas a la nevera a por un sándwich de queso… es mi monstruo del queso hablándome. Y mi monstruo del queso nunca quedará satisfecho con cheddar, solo con el queso de los logros.
Haz que piense sobre las personas que más aprecio, y cómo cuando me fallan o me decepcionan todavía las quiero, las doy oportunidades y veo lo mejor en ellas. Haz que amplíe esa generosidad a mí mismo.
Haz que encuentre y use metáforas para ayudarme a entender el mundo a mi alrededor y dame la fuerza para deshacerme de ellas cuando salta a la vista que ya no funcionan.
Haz que dé gracias por las partes de mí que no entiendo o que están fuera de mi control racional, como mi creatividad y mi valor. Y haz que recuerde que mi valor es un perro salvaje. No vendrá cuando lo llame, tengo que perseguirlo y sujetarlo tan fuerte como pueda.
Haz que no sea tan vano para pensar que soy el único autor de mis victorias o la única víctima de mis derrotas.
Haz que recuerde que el significado imprevisto que la gente proyecta en lo que hago no es culpa mía o algo por lo que pueda atribuirme mérito.
El perfeccionismo puede parecer muy bonito con sus zapatos brillantes, pero es un pequeño gilipollas y nadie lo invita a sus fiestas en la piscina.
Haz que recuerde que el impacto de la crítica a menudo no es la intención del crítico. Pero cuando la intención es mala, para eso existe el botón de bloqueo. Y cuando me coma la crítica, haz que sea capaz de separar los buenos consejos de las malas hierbas.
Hay pocas personas que no se relajen ante una sonrisa sincera. Un gran impacto en unos pocos puede valer más que un impacto pequeño en muchos.
Haz que no piense que mi trabajo es solo un trampolín hacía algo más alto, y si lo es, deja que me recree en la forma del trampolín.
Hazme tomar la idea que me ha llevado hasta aquí y mandarla a la cama. Lo que voy a hacer no será lo mismo, pero será algo.
No necesito sacar más punta a mis lápices. Mis lápices ya están suficientemente afilados. Incluso los mellados dejan huella.
Con fallos y todo. Vamos a empezar esta mierda.
Y por Dios, deja que disfrute de esto. La vida no es solo una sucesión de momentos esperando a hacer las cosas.
Ya has oído. Vamos a empezar esta mierda.