Como escritores independientes hay tantas cosas que tenemos que hacer que es fácil dedicarse a la multitarea permanente.

Escribo un capítulo, luego contesto correos, luego trabajo en el blog, luego saco las cuentas de los libros vendidos…

Y cuando acaba el día, parece que has hecho mucho ¿verdad? Pero sientes que no has hecho nada.

Porque no estás haciendo multitarea. Estás cambiando de una tarea a otra y tu cerebro pierde tiempo en cambiar el chip.

La multitarea incrementa la cantidad de tiempo necesaria para cada tarea. Y también disminuye la calidad del producto final.

El refranero es sabio: quien mucho abarca poco aprieta.

Deja de intentar hacerlo todo y concéntrate en hacer una sola cosa. Idealmente, la escritura.

Solo cuando hayas acabado, empieza con la siguiente.

Tener decenas de proyectos a medias es lo mismo que no tener ninguno.

Mañana más. ¡Feliz escritura!

Imagen: rawpixel.com en Unsplash