Como escritores independientes hay tantas cosas que tenemos que hacer que es fácil dedicarse a la multitarea permanente.
Escribo un capítulo, luego contesto correos, luego trabajo en el blog, luego saco las cuentas de los libros vendidos…
Y cuando acaba el día, parece que has hecho mucho ¿verdad? Pero sientes que no has hecho nada.
Porque no estás haciendo multitarea. Estás cambiando de una tarea a otra y tu cerebro pierde tiempo en cambiar el chip.
La multitarea incrementa la cantidad de tiempo necesaria para cada tarea. Y también disminuye la calidad del producto final.
El refranero es sabio: quien mucho abarca poco aprieta.
Deja de intentar hacerlo todo y concéntrate en hacer una sola cosa. Idealmente, la escritura.
Solo cuando hayas acabado, empieza con la siguiente.
Tener decenas de proyectos a medias es lo mismo que no tener ninguno.
Mañana más. ¡Feliz escritura!
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