Todos sabemos lo que es importante: pasar tiempo con nuestros seres queridos; comer saludable, dedicar tiempo cada día a escribir nuestro libro…

Sin embargo, siempre hay algo urgente que hacer. Hay que buscar un dentista para el niño, que le duele un diente; hay que hacer la compra, traerla a casa y colocarla; hay que escribir una entrada para el blog, que lo tengo abandonado….

Lo urgente nunca deja tiempo para lo importante. 

Y cuando llevas mucho tiempo así, es fácil perder de vista lo que es importante. Sabes que lo es, pero no lo tratas como tal. No tienes tiempo.

El único modo de salir de ese círculo vicioso es actuar de forma deliberada y dedicarte primero a lo importante. 

En el 99% de los casos, lo urgente no es tan urgente.

¿Cómo saber si te has ocupado de lo importante o de lo urgente? Lo sabrás cuando duermas sin preocupación por la noche, sin martirizarte por no haber hecho lo que tenías que hacer.

Mañana, más. ¡Feliz escritura! 

Imagen: Jeremy Thomas en Unsplash