Puede que para ti la compilación sea un concepto extraño que, como escritor, consideras que no necesitas aprender. A eso solo puedo responder que te equivocas y te invito a que leas lo que escribí en su momento en la guía de Cómo autopublicar tu libro, para que cambies de opinión.

Como escritor independiente, el mero hecho de saber compilar tus manuscritos de forma decente ya te pone por encima de los cientos de miles de libros que hay en Amazon compilados de manera deficiente. Puedes encontrar muchas guías sobre cómo pasar de word a epub en la red, o usar la conversión automática que te hace Amazon u otras plataformas, pero te va a exigir mucho más tiempo y trabajo, vas a necesitar más programas y/o el resultado va a ser inferior que si lo compilas bien desde un principio, con un programa capacitado para ello (y no, a día de hoy Word no lo es, por mucho que insistan sus defensores).

Scrivener sí es uno de esos programas, y su función de compilación es muy posiblemente la función más importante para un escritor independiente, tanto que por sí sola justifica la compra. Con ello, además, te garantizas el control total sobre tus libros electrónicos, algo muy importante si quieres ahorrarte costes en tiempo y dinero y si quieres dar a tus lectores un acabado profesional. ¿No me crees? Sigue leyendo.

Para compilar tu libro, el primer requisito es que lo hayas acabado. Una vez que tengas un manuscrito finalizado, corregido y editado, puedes compilarlo para ponerlo a la venta. Tranquilo, compilar es mucho más sencillo de lo que crees y te voy a ir explicando las diferentes opciones a tu disposición. En primer lugar, para poder abrir el menú de compilación debes ir a Archivo > Compilar, o bien pulsar Ctrl+Mayús+E o pinchar en el icono del folio con una flecha azul apuntando hacia él.

Al hacerlo de cualquiera de esas tres formas, abrirás el menú de compilación, que si no has compilado nada anteriormente, aparecerá en su forma comprimida, que es esta:

Es posible que en muchos casos, no necesites más para poder crear un archivo de salida de tu manuscrito. Desde ese menú puedes elegir en la parte superior varios formatos de salida, pero no les hagas caso. Lo que tienes que hacer es elegir en Formatear como, Original. Con ello harás que el documento resultante al compilar tenga el mismo formato que has usado en el editor mientras lo escribías, manteniendo la misma fuente, alineación, negritas, cursivas, etc.

Después de elegir Original, no tienes más que elegir el tipo de documento que quieres crear en la compilación. Puedes sacarlo directamente por tu impresora, crear un PDF, un documento de Word o un archivo epub, que es el estándar del libro electrónico, entre otras opciones. Por ello, aquí podrías elegir «Epub eBook (.epub)» y con eso ya tendrías un archivo epub de acabado profesional, muy por encima de muchos de los que puedes encontrar por ahí.

Y es tan sencillo como eso, una vez que sabes como funciona y lo tienes bien configurado. A continuación, te voy a explicar cómo hacerlo y cuáles son las opciones que tienes para configurar y personalizar tu archivo epub, que es el formato con el que debes trabajar. ¿Por qué? Porque todas las plataformas de publicación lo aceptan y se ha convertido en el estándar de la industria. Hay muchos otros formatos, pero no te merece la pena crear versiones de ellos de tus libros a no ser que algún lector te lo pida de manera expresa.

Para acceder a la personalización de las opciones de compilación debes hacer clic en la flecha azul que aparece a la derecha de la vista comprimida. Y con ello, accedemos al menú completo de compilación. Míralo bien, porque es el que te va a permitir crear con unos pocos clics un epub personalizado de calidad profesional, y ahorrarte el dinero que te cobrarían en una empresa de servicios editoriales.

Lo primero que vemos a la izquierda son una serie de opciones, que determinarán el contenido de tu libro electrónico y cómo aparecerá a tus lectores, además de otros aspectos que iremos viendo uno a uno en las siguientes líneas. Lo importante que debe quedarte claro es que no tienes que abrumarte por todas esas opciones, ya que en condiciones normales solo necesitarás modificar unos pocos aspectos y olvidarte del resto. La configuración por defecto de Scrivener es bastante acertada, así que no cambies nada si no estás seguro de lo que estás haciendo.

Debajo de ese menú aparecen un par de opciones que te interesan: «Cargar configuración predeterminada» y «Guardar configuración predeterminada». Con ellas puedes guardar para su uso futuro cualquier personalización que hayas realizado en el proceso de compilación. ¿Has preparado tu libro para que cree un PDF con un tamaño de página de diez pulgadas porque quieres verlo en tu tablet? Lo puedes guardar y recuperar para cada vez que quieras repetir el proceso. ¿Has creado un epub con los títulos de capítulo en una fuente diferente al texto principal, usando la numeración romana? También puedes hacerlo. Podría citar más ejemplos pero imagino que has captado la idea. Vamos a ir viendo cada una de esas opciones:

 Contenido

Como su propio nombre indica, «Contenido» se refiere a los documentos de tu proyecto de Scrivener que van a configurar el contenido del archivo compilado. Un aspecto importante es que solo puedes incluir documentos de texto en tu compilación, nada imágenes, de PDF o de otro tipo de archivos. Si tu libro tiene imágenes que quieras incluir en la compilación deberás incluirlas dentro de los documentos que compiles, algo que veremos cuando te hable del Editor (aunque es algo tan sencillo como arrastrar la imagen al documento).

Asimismo, solo los documentos que están incluidos dentro de la carpeta «Borrador» se incluyen en la compilación. Para destacar esa característica única, «Borrador» es una carpeta que no puedes eliminar ni mover a la papelera y el icono que te aparece en el cuaderno —un folio escrito sobre otro que sobresale—, es único y no puedes elegirlo entre los que Scrivener te ofrece, así que cuidado si lo cambias porque no podrás recuperarlo. CORRECCIÓN: Puedes recuperarlo si lo cambias utilizando la opción «Restablecer el icono predeterminado» que te aparece al hacer clic derecho sobre él; gracias a Raquel por el dato ;).

Fíjate en los archivos que aparecen en «Contenido». Son los diferentes capítulos de la historia que dejé esbozada en la entrada sobre el esquematizador. He optado por una simple sucesión numérica de capítulos pero puede que tú lo hagas de otra manera, poniendo título a cada uno de ellos. En cualquier caso, aquí es donde eliges qué documentos entran (o no) en tu compilación, y lo haces a través de la opción «Incluir» que aparece a la izquierda. Puedes ir seleccionando uno a uno los documentos que quieres incluir o, si son todos los que aparecen, hacer clic izquierdo mientras pulsas la tecla Alt. Normalmente querrás incluirlos todos, así que es la opción más rápida, sobre todo cuando tu novela es muy extensa.

Las dos opciones que aparecen a la derecha, Salto de página al inicio y Compilar tal como está, son otro tipo de metadatos como los que vimos cuando te expliqué el tablón de corcho. Si marcas Compilar tal como está en el documento correspondiente, Scrivener mantendrá el formato que tengas en dicho documento; si no lo haces, el programa lo cambiará a un formato estándar, así que asegúrate siempre de que lo tienes marcado.

En el caso de Salto de página al inicio, lo que hace es insertar un salto de página al principio de cada documento, esto es, que cuando el documento anterior acabe, el nuevo empiece en una página nueva. Esto es algo vital para no confundir a tus lectores y tienes que marcarlo siempre en los documentos que correspondan al inicio de un capítulo. Si no lo haces, creo que puedes imaginarte lo poco profesional que quedará tu libro.

(Te habrás dado cuenta también de que con Salto de página al inicio puedes dividir tus capítulos en varios documentos, algo muy útil cuando son muy extensos, y ordenarlos según necesites, que el salto de página garantiza que tu capítulo empezará donde debe).

Separadores

La siguiente opción te permite personalizar los separadores entre los diferentes documentos y carpetas que incluyas en tu compilación:

  • Separador de texto se refiere a la separación entre dos documentos adyacentes.
  • Separador de carpeta, igual pero con dos carpetas adyacentes.
  • Separador de carpetas y texto, entre una carpeta y un documento, en ese orden.
  • Separador de texto y carpetas, entre un documento y una carpeta, también en ese orden.

Fíjate como para cada posible división, Scrivener te ofrece cuatro opciones.

  • Retorno de carro simple. Con esto, Scrivener pega el final de un documento al inicio de otro, como si fuesen el mismo y solo hubieras pulsado Enter para escribir en la siguiente línea. Muy útil para lo que comentaba antes de un capítulo dividido en varios documentos.
  • Línea vacía. Si seleccionas esta opción, el programa te pone un documento tras otro con una línea vacía para separarlos. Puede servirte si en ese capítulo hay varios puntos de vista o saltas de una localización a otra, para darle una indicación al lector del cambio.
  • Salto de página. En este caso, te inserta un salto de página de forma automática. Este separador es más recomendable para el inicio de un capítulo, cuando no te basta con indicarlo en los metadatos del documento, como vimos anteriormente.
  • Personalizado. Seleccionando esta opción, Scrivener te permite escribir aquello que quieras poner como separación, que puede ser una línea continua, una serie de asteriscos o un texto de tu elección. Puede servirte para diferenciarte de los demás, pero asegúrate luego de comprobar si queda bien en el archivo compilado, ya que muchas buenas ideas después no quedan tan bien sobre el papel (o la pantalla de tinta electrónica).

Usando de manera juiciosa los separadores de texto, personalizarás y automatizarás una parte muy importante del proceso de compilación (cómo mostrar la separación entre documentos). Si crees que es demasiado, limítate a marcar Salto de página al inicio en «Contenido».

Portada

En este apartado vas a poder elegir la imagen de portada de tu libro, que previamente habrás creado con algún otro programa como GIMP o habrás encargado a un profesional. Te recuerdo que tiendas como Amazon o Lektu prefieren que el libro venga sin portada y que esta la cargues aparte, así que habrá ocasiones en las que en este apartado no tengas que hacer nada. En el resto de casos, lo único que tienes que hacer es desplegar el menú y seleccionar la portada de todas las imágenes que tengas dentro de tu proyecto. Tan simple como eso.

Formato

El formato es el submenú más importante de todos los que vas a ver en el menú de compilación, porque determinará el aspecto de tu libro electrónico; por eso, debes entenderlo bien y saber cómo funciona.

Si te fijas, aparecen tres filas diferentes; corresponden a los distintos elementos del libro electrónico, en orden de jerarquía. El primero de ellos corresponde a las carpetas, el segundo a los documentos agrupados en un mismo documento y el tercero a los documentos individuales. Aquí aparecen todos como nivel 1, pero puedes hacer subdivisiones hasta el nivel que precises; eso te será muy útil en trabajos de investigación, documentos ténicos y libros de no ficción, aunque no tanto en la escritura de ficción. Puedes añadir o quitar niveles usando los dos cuadritos que aparecen en la parte superior derecha.

En cada una de esas filas, puedes elegir lo que quieres que se compile. Por defecto, la casilla «Texto» viene seleccionada, ya que si no fuera así no se compilaría el texto de tu libro y no queremos eso. El resto de apartados deberás marcarlos según tus necesidades. «Título» es uno que sí deberías marcar, ya que querrás distinguir el comienzo de tus capítulos. En cambio, «Metadatos», «Sinopsis» y «Notas» no te harán falta en la mayoría de los casos. Ahora, fíjate en lo que pasa cuando selecciono una casilla.

Como ves, en la parte inferior aparece el título bien destacado. Ahí es donde debes modificarlo para que se ajuste a tus preferencias. Eso lo consigues pulsando en la propia palabra título, lo que te permitirá cambiar el formato, la alineación, la fuente (Pulsando en la A que aparece a la izquierda), el interlineado y casi cualquier cosa.

Los cambios que hagas en este apartado se aplicarán a todos los títulos de todos tus capítulos, así que debes asegurarte de dos cosas. En primer lugar, que están exactamente como tú quieres y en segundo lugar, que estás modificándolo en el elemento adecuado. De nada sirve que modifiques como se presenta el título de las carpetas si luego no hay ninguna en tu compilación. Por tanto, fijate en la estructura de árbol de tu borrador y modifica en consecuencia.

Si pinchas en «Diseño de la sección» te aparecerá este cuadro.

En él puedes elegir los diferentes prefijos y sufijos con los que quieres que aparezca el título o configurar distintas opciones de mayúsculas y minúsculas para los elementos del título. Si usas una serie de códigos predeterminados, puedes hacer que la numeración de tus capítulos sea la numeración romana, por ejemplo, o que sean los números en letra precedidos de la palabra Capítulo. Para lograr esos efectos, te recomiendo que descargues el manual oficial de Scrivener (que por desgracia solo está en inglés) y consultes el apéndice D, que es donde están esos códigos.

Otro aspecto importante de ese pequeño editor es la parte que te pone «Relleno de página». Con ello incluirás una serie de líneas en blanco al inicio del documento. ¿Para qué sirve esto? Para diferenciar todavía más los inicios de capítulo. Si coges cualquier libro impreso, el capítulo siempre empieza en la mitad de la página o en los tres cuartos, según el diseño. Con esa casilla puedes imitar ese efecto de forma automática en todos tus capítulos, manteniendo esa convención de los libros impresos que ha pasado sin alteración al libro electrónico.

Otro aspecto importante es la casilla superior, la que pone «Reemplazar formato de texto y notas». Si la marcas, da igual que hayas elegido Compilar tal como está, el formato que hayas dado en este submenú será el que mande y el que aparezca en tu archivo compilado. Recuerda que afectará al texto y a las notas, así que asegúrate antes de marcar esa casilla. Mi recomendación es que no lo hagas, y que trabajes directamente desde el editor.

Transformaciones

En este apartado encontrarás diversas opciones para transformaciones automáticas en texto sin formato y texto enriquecido, así como un par destinadas a la compatibilidad con RTF. Estudialas y decide si alguna de ellas te interesa o no, ya que todas son bastante autoexplicativas. De todas formas, mi consejo es que no te molestes en ello; usa el editor para obtener la apariencia del texto que deseas y luego compila tus documentos con la opción Compilar tal como está.

Reemplazos

A diferencia de la opción Buscar y Reemplazar a la que la mayoría está acostumbrado en Word, la opción de Buscar en Scrivener es mucho más potente (es el cuadro de la esquina superior derecha, que ya trataremos en su momento) y la opción de reemplazar está incluida dentro del menú de compilación.

En ella puedes añadir un nuevo reemplazo dando al + de la parte de inferior, y definirlo después con todo lujo de detalles. En la columna «Reemplazar» debes poner la palabra que quieres reemplazar, en la columna «Con» debes poner la que quieres que aparezca en su lugar, y después eliges si distingues o no mayúsculas y minúsculas y si quieres que sean palabras completas.

De esta forma puedes automatizar aspectos como sustituir los guiones por rayas para los diálogos, o el nombre de un personaje por otro. También es útil si usas Scrivener para hacer tu tesina, porque puedes citar un libro como «libroX» y después sustituirlo por el nombre completo en la compilación.

Notas al pie/Comentarios

Este apartado de Notas al pie y comentarios vamos a dejarlo para una futura entrada en la que te explicaré como insertar notas al pie en Scrivener y cómo usar los comentarios. Es un tema más interesante de lo que parece porque te permite usar Scrivener como corrector sin necesidad de pasar por Word y el control de cambios, algo que muchos hemos buscado siempre.

Metadatos

Finalmente, nos encontramos con una opción para poder personalizar los metadatos de tu libro electrónico. Esto es de gran importancia, ya que si no tienes metadatos o los has puesto de manera incorrecta es como si dejaras de firmar tu obra. Además, las librerías online —y cada vez más lectores— se fijan en esos metadatos para poder crear las páginas de venta de los libros, mientras que los lectores los usan en aquellos libros sin DRM que han adquirido, por ejemplo, en packs como el de Ebrolis en el que he participado este mes.

De todas las opciones que te ofrece, te recomiendo que rellenes «Título», «Autores», «Tema» (donde puedes usar las etiquetas con las que quieres se identifique tu libro, como Ciencia Ficción, Fantasía Oscura o Ficción literaria), «Descripción» (donde debes copiar tu sinopsis), «Fecha», «Idioma» y que crees un identificador único personalizado, que te permitirá distinguir ese epub compilado de todos los que hagas después.

Esas son todas las opciones a tu disposición. Una vez que las hayas configurado a tu gusto, solo tienes que pulsar en «Compilar», elegir el directorio de destino para tu libro y ya está. Puede parecer un proceso abrumador, pero en realidad no tienes más que ocuparte del contenido, la portada, el formato y los metadatos. El resto de opciones puedes dejarlas tal y como están, si no tienes ganas de complicarte.

El único fallo que tiene Scrivener en este caso de cara a los usuarios hispanohablantes es el Índice del libro, que genera automáticamente y no puedes modificar. Dado que al hacerlo, pone Contents bien grande, lo normal es que quieras cambiarlo. Para eso te invito a repasar la entrada que escribí al respecto, en la que te enseño a usar Calibre para corregirlo.

Y con esto termino esta entrada del manual. Te espero dentro de un par de semanas con una nueva entrega en la que hablaré de las diferentes maneras con las que puedes hacer copias de seguridad, cómo trabajar con Scrivener en la nube y cómo manejar los proyectos dentro de tu ordenador.

Hasta entonces ¡feliz escritura!

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