La primera vez que abres Scrivener puede resultar algo extraña. Si vienes de otros programas como Word, estarán preguntándote qué son todos esos botones y para qué sirven esas ventanas que aparecen en los lados. Créeme, todos hemos experimentado esa confusión al principio. Scrivener puede parecer muy complicado, pero realmente no lo es.
Al contrario que con otros procesadores de textos, Scrivener te da las herramientas para que escribas como siempre has querido, aunque todavía no sepas que esa es tu manera de escribir. Tan solo necesitas un pequeño cambio de mentalidad: el programa no va a decidir por ti; con Scrivener, tú decides. Puedes llenar la pantalla de botones y ventanas como si fuera el cuadro de mandos de un avión o tener una única hoja en blanco. Tú eres quien decide.
Por tanto, olvida las reglas y las estructuras cerradas. Con Scrivener tendrás una herramienta increíblemente flexible que lo mismo te sirve para escribir una novela que para redactar un guion de cómic o tener organizadas todas tus recetas. Puedes hacer lo que quieras con este programa, pero antes tendrás que aprender a usarlo. No te costará tanto; hazme caso, en absoluto es tan complicado como te pueda parecer.
Conceptos básicos: Proyecto y Documento
Antes de que nos ocupemos de todos esos iconos y ventanas que aparecen en la pantalla de Scrivener, hay que definir los conceptos más básicos del programa, que son Proyecto y Documento. A diferencia de procesadores de textos como Word, Scrivener es un programa capaz de construir una biblioteca en torno a tu manuscrito, agrupando todos los archivos que necesites en un único lugar. Cada uno de esos archivos son Documentos que, unidos, componen el Proyecto.
Así, trabajas con documentos de texto dentro de un proyecto, y puedes apoyarte con archivos gráficos, vídeos, audios, páginas web o archivos PDF. Cuando has terminado con tu manuscrito, seleccionas qué documentos de texto quieres que entren en la compilación final, tras la que obtendrás un archivo en el formato de tu elección, listo para utilizarlo como te plazca.
Puede parecer una nimiedad pero es mejor que tengas claros esos conceptos desde el principio, porque son la esencia misma de Scrivener.
La interfaz de Scrivener
Una vez que tenemos claros esos conceptos, podemos examinar lo que aparece cuando abrimos el programa. La interfaz de Scrivener se divide en las siguientes zonas:
En la parte superior, en verde, tienes la Barra de herramientas. En ella encontrarás botones con las tareas más comunes de Scrivener, así como los accesos rápidos para los diferentes modos de visión de tus documentos, una barra de búsqueda y el botón que activa y desactiva el Inspector. Esta barra de herramientas es completamente personalizable y puedes agregar y quitar los botones y funciones que quieras. Encima de la Barra de herramientas tienes una serie de menús, similares a la de la mayoría de programas, que te permiten acceder a todas las funciones de Scrivener.
A la izquierda, en rojo, tienes el Cuaderno. En el puedes ver todos los documentos que componen tu proyecto organizados en carpetas y subcarpetas de forma jerárquica. Puedes usarlo para moverte entre los documentos de tu proyecto igual que si estuvieras navegando por las carpetas de tu disco duro. Cada elemento del cuaderno también es personalizable y puedes configurarlo para que te muestre solo ciertos elementos a través de las Colecciones.
En el centro, en amarillo y ocupando la parte principal de tu visión, tienes el Editor. Para entendernos, es el lugar en el que escribirás tu manuscrito y la ventana que ocupará tu atención la mayor parte del tiempo. Sin embargo, tiene más funciones que te permitirán organizar de manera visual todos los documentos que componen tu proyecto, bien sea a través del Panel de Corcho o del Esquematizador.
Finalmente, en azul y a la derecha de la pantalla tienes el Inspector, donde podrás crear y/o modificar la sinopsis del documento en que estés trabajando; visualizar los metadatos y las notas de ese documento y del proyecto en general; crear y asignar palabras clave a cada documento; comparar las Instantáneas de tu proyecto; insertar notas al pie y comentarios…
No te asustes por todas las posibilidades que he ido citando. Como he dicho y repetiré más de una vez a lo largo de este manual, Scrivener se adapta a tu forma de escribir, no al revés, y puede ser tan completo o tan sencillo como tú desees. No olvides nunca que tú controlas el programa y tú decides.
Comenzando a usar Scrivener
Una vez que ya sabes qué es cada elemento de la pantalla, vamos a empezar a usar Scrivener. Ya sabes, el movimiento se demuestra andando, así que qué mejor que tomar un proyecto en blanco y comenzar a escribir tu manuscrito en él. Para ello te lo voy a poner facilito. En este enlace tienes una plantilla en blanco que he creado para usar con este manual. Tan solo debes descargarla pinchando en el enlace e importarla a Scrivener, usando la opción Importar plantillas desde el menú Nuevo Proyecto. Cuando lo hagas, tendrás una nueva plantilla llamada EnBlanco. (Por cierto, la plantilla es compatible con las últimas versiones de Windows y Mac de Scrivener, la 1.9 y la 2.7, respectivamente). Esto es lo que verás cuando crees un documento nuevo con esa plantilla:
Como ves, en el Cuaderno tan solo tienes tres carpetas: el Borrador, donde se incluyen los documentos de texto de tu manuscrito; Documentación, donde puedes colocar todo lo que necesites como referencia, y la Papelera. Puedes ignorar todos los demás elementos de la pantalla de momento. Si no ha fallado nada, en el Editor deberá estar seleccionado el único documento que hay en el proyecto, que se llama Documento. Si no es así, haz clic sobre él en el Cuaderno, porque vamos a cambiarle el nombre. Puedes hacerlo de varias maneras pero ahora lo vamos a hacer a través del Editor, pinchando donde pone Documento.
Una vez que lo has hecho, puedes poner el nombre que quieras. En este caso y como ejemplo, voy a poner un nombre que creo adecuado para cualquier novela. Puedes copiarlo si deseas.
Fíjate que mientras cambiabas el nombre del documento, la barra superior con las opciones típicas de formato se ha bloqueado. Eso es porque no puedes aplicar ninguna de esas opciones en el título del documento. Ahora haz clic en el Editor, en el espacio blanco debajo del título. Ya ha llegado el momento de que comiences a escribir tu novela, así que ponte a escribir.
(Por cierto, un truco muy útil. En la parte inferior izquierda del Editor, verás un cuadradito donde pone 135%. Haz clic sobre él y ponlo a 200%. Hazme caso, tus ojos te lo agradecerán).
Ahí tienes el primer párrafo de mi historia; seguro que la tuya es tanto o más apasionante, pero centrémonos en Scrivener. Quiero que experimentes con las opciones de la barra de formato. Observa como puedes cambiar el tipo de letra, la alineación y las opciones de justificado habituales en otros programas de tratamiento de texto. Practica con ellas hasta que sientas que las dominas; no son complicadas, así que no debería tomarte más de unos minutos.
¿Ya las controlas? Estupendo, sabía que no tardarías. Ahora echa un vistazo a la parte inferior del editor. En esa barra, justo en el centro, tienes un contador de palabras y de caracteres que aumenta a medida que escribes. Haz la prueba, escribe un par de líneas y observa cómo crece. Ese contador te servirá para tener presente en todo momento la longitud de tus documentos y junto con los Objetivos y Estadísticas del proyecto, te permitirá observar tus progresos y medir tu productividad como escritor.
Añadiendo documentos y archivos
Ya has visto cómo escribir en tu documento y puede que hasta hayas completado el primer capítulo de tu manuscrito. Si todavía estuvieras usando el word o un procesador de textos tradicional, escribirías Capítulo 2 y continuarías con el texto. En Scrivener no tienes que hacerlo así si no lo deseas. Asegúrate de que estas en el Capítulo 1 y haz clic en el círculo verde con el signo + que ves en la barra de herramientas. Ese botón añade un nuevo elemento y por defecto lo que hace es crear un documento nuevo dentro de tu proyecto. Ahora cámbiale el nombre que ya sabes cómo se hace.
Ya tienes dos capítulos de tu manuscrito, uno escrito o al menos comenzado, y otro listo para empezar a escribir en él. Fíjate en el icono al lado de cada uno de los documentos. El de Capítulo 1 es un folio con líneas escritas y el de Capítulo 2 es un folio en blanco. Todo los documentos de textos tendrán uno de esos dos iconos, dependiendo de si contienen texto o no.
No sé tú pero yo, antes de seguir con la historia de Ulises Fanjul, quiero ponerle cara. Así que he buscado una imagen por internet para visualizarle y la voy a agregar al Proyecto. Tú también puedes hacerlo y de varias maneras, pero aquí vamos a usar una sencilla. Pincha en la carpeta llamada «Documentación». Verás un tablón de corcho vacío; eso es porque no hay ningún documento en esa carpeta.
Para comparar, haz clic en «Borrador».
Hay dos documentos, así que te aparecen dos tarjetas. La vista de tablón de corcho es una de las más importantes de Scrivener y la examinaré en detalle en la tercera parte del manual. De momento, vuelve a «Documentación», que vamos a importar la imagen de Ulises.
Como ves, si haces clic en Archivo > Importar puedes importar cualquier archivo que desees al proyecto de Scrivener. En este caso, es una imagen de mi protagonista principal, Ulises Fanjul.
Puedes importar cualquier tipo de archivo —texto, audio o vídeo— y tenerlo guardado dentro de tu proyecto como referencia. De esta forma, puedes acceder con un clic a toda la información que necesites para escribir tu novela o para ambientarte.
Trabajando en pantalla dividida
Ahora voy a seguir escribiendo el capítulo 1, pero quiero tener a la vista el rostro que he elegido para Ulises. En otros programas, tendría que hacer un apaño usando varias ventanas, pero con Scrivener no es necesario. Fíjate en los dos botones situados a la izquierda de la barra superior del Editor.
Ignora las flechas por el momento y céntrate en esos botones. El primero de ellos divide la pantalla verticalmente y el segundo horizontalmente, de forma que puedes trabajar con dos documentos al mismo tiempo. Haz la prueba.
Como puedes ver, de esta manera es más fácil trabajar con tu documento y la referencia que puedas necesitar. También te es útil si estás traduciendo, al tener el original al lado de tu traducción, o para comparar textos, o para poder copiar citas en un trabajo de investigación… Seguro que te das cuenta de las posibilidades.
Y solo hemos empezado a arañar la superficie de Scrivener.
De cualquier forma, con lo que hemos visto hasta ahora ya conoces los fundamentos básicos de Scrivener: sabes la diferencia entre documento y proyecto, sabes qué es el Cuaderno, el Editor y el Inspector; sabes cómo escribir en un documento, puedes añadir un documento a tu plantilla y puedes importar cualquier archivo a tu proyecto; también sabes cómo usar la pantalla dividida y conoces el tablón de corcho.
No está mal para el primer día, verdad? De hecho, con todo lo que has aprendido hoy, ya puedes usar Scrivener sin problema alguno.
El siguiente capítulo del manual va a estar dedicado al Tablón de Corcho. Hasta entonces practica con Scrivener y ¡feliz escritura!
Muchas gracias por compartir este manual, he estado buscando y con este he sentido que realmente avanzo.
Muchas gracias a ti por el comentario, Eliana. Me alegra de verdad que el manual te haya sido útil.
Saludos
Actualmente estoy estudiando sobre el escrivener de demostración y tengo intenciones de cuando termine el estudio comprarlo.
¿Cuál es el precio actualizado en USD?
Muy buenas, Miguel. A la fecha que te escribo, una licencia de Scrivener para Mac o para Windows cuesta 49 USD (necesitarás una para cada sistema operativo). Si eres estudiante o estás afiliado a una institución educativa, puedes coger la licencia educacional que son 41,65 USD por licencia. Y si quieres un bundle que incluya las licencias de Mac y Windows, te costaría 80 USD. ¡Muchas gracias por tu visita y el comentario!
Saludos
No encuentro la opción para habilitar la base de datos de crear nombres de los personajes.
Gracias
En Scrivener 3.0 y posteriores deberías tenerlo en Edición>Herramientas de escritura>Generador de nombres. Ahí puedes crear listas de nombres utilizando la base de datos integrada en el programa. ¡Un saludo, Miguel!
Hola, muchas gracias por el artículo. Yo quiero intercalar fotos en el texto -no sólo tenerlas como referencia, sino que se queden en lo que después será el libro. ¿con Scrivener es posible?
Hola, Lucía, buenos días. La respuesta rápida es que sí, es posible, mediante Insertar>Imagen desde archivo. El problema es que no vas a poder ajustarlas tal y como se verán en la maquetación final, ya que Scrivener no está diseñado para eso, sino para ayudarte a escribir tu manuscrito. Mi consejo es que no lo hagas. Escribe todo tu texto en Scrivener y después expórtalo a otro programa en el que puedas insertar las imágenes que desees tal y como van a quedar luego en el libro, como Vellum, Indesign, o incluso el Word creando luego un PDF para impresión. Intentar hacerlo desde Scrivener son dolores de cabeza asegurados y no vas a poder dejarlo exactamente como quieras, mejor ni lo intentes. Un saludo y gracias por tu comentario!