El Cuaderno es una de las partes más importantes de Scrivener, ya que te permite visualizar la estructura de documentos que componen todo tu proyecto. Se encuentra a la izquierda de tu pantalla (la parte sombreada en rojo de la imagen inferior), y puedes mostrarlo u ocultarlo pulsando en el icono del cuaderno azul que se encuentra encima del mismo.

Manual de Scrivener

Como ves, el Cuaderno es un árbol de archivos en el que hay tres carpetas por defecto: «Borrador», «Documentación» y «Papelera». Puedes cambiar el nombre de cualquiera de esas carpetas haciendo doble clic sobre ellas (en algunas plantillas, por ejemplo, «Borrador» es llamado «Manuscrito», y en mi plantilla En Blanco a «Documentación» lo llamo «Investigación»). El cuaderno es donde organizas tu proyecto, creando una estructura para él y moviendo los documentos que lo componen al lugar que desees.

  • Los contenidos de la carpeta «Borrador» representan los fragmentos de textos que serán después compilados en un único documento cuando exportes o imprimas usando Archivo > Compilar…, que es la manera normal de preparar tu proyecto terminado para imprimirlo o darle formato en otro programa. Esta es la gran razón de ser de Scrivener: reunir el texto de tu manuscrito en la carpeta «Borrador» para imprimirlo o exportarlo (por eso, la carpeta «Borrador» es única, en el sentido de que solo puede albergar documentos y carpetas).
  • La carpeta «Investigación» puede contener documentos, carpetas y también archivos (imágenes, archivos PDF, vídeos…). No necesitas poner todos tus materiales de investigación dentro de la misma carpeta; puedes crear tantas carpetas para tus materiales de documentación como necesites.
  • La carpeta «Papelera» se define por sí misma. Cada vez que borras un documento de cualquier tipo, termina en ella. Los documentos no se borran por completo hasta que seleccionas «Vaciar papelera» del menú Proyecto, por lo que no hay manera de borrar algo por accidente en Scrivener.

Estas son las tres carpetas básicas, pero puedes crear tantas como necesites. La propia estructura del Cuaderno es bastante visual y aunque tengas muchas carpetas y subcarpetas, siempre puedes distinguirlas cambiando el icono de las mismas. Para eso solo debes hacer clic derecho en la carpeta cuyo icono quieras cambiar y seleccionar «Cambiar icono».

Ni que decir tiene que puedes mover cada elemento del Cuaderno simplemente arrastrando y soltando, lo que te permitirá organizarte de una forma rápida y sencilla. Pero incluso así, es posible que necesitas una ayuda más visual para identificar cada elemento. En tal caso puedes utilizar las etiquetas —que ya vimos en el capítulo dedicado al tablón de corcho— y usarlas para codificar por colores carpetas y documentos. Para ello has de pulsar la tecla F5, con lo que las etiquetas serán visibles en los elementos del Cuaderno. Por ejemplo, aquí tienes un pantallazo del proyecto de mi próxima novela, Prisioneros del Futuro, con el Cuaderno normal.

Y aquí lo tienes después de pulsar F5, con los colores de cada etiqueta bien visibles en el Cuaderno. De esta forma, de un solo vistazo puedo determinar si hay demasiados capítulos dedicados a un personaje o no, por ejemplo.

Eso mismo puedes conseguir si vas al menú Ver > Utilizar etiqueta de color en, seleccionando el elemento que desees. F5 es el atajo para mostrar las etiquetas en el Cuaderno y F6, para que lo hagan en los iconos del Cuaderno.

Qué son las colecciones

Si bien el Cuaderno es una buena herramienta ya de por sí, combinada con las Colecciones se transforma en tu mejor aliado. Una Colección es una… bueno, una colección de documentos agrupados arbitrariamente, sin relación con su orden en el Cuaderno. Puede parecer algo confuso pero no te preocupes, lo vas a entender muy fácilmente con un ejemplo práctico. Para poder crear colecciones, tienes que pulsar en el icono de las colecciones, que es la carpeta azul al lado del icono del Cuaderno. Al hacerlo, te aparecerá esto:

Ese área extra que aparece en la parte superior del Cuaderno es donde se agrupan todas las colecciones que hagas. Si no has creado ninguna colección, la primera será siempre «Resultados búsq.», en la que te aparecerán los resultados de la última búsqueda que hayas hecho en Scrivener. Haz la prueba, abre un proyecto de Scrivener en el que tengas varios textos escritos y haz una búsqueda cualquiera. Después, pulsa en el icono de Colecciones y comprueba «Resultados búsq.». Yo te espero.

Tu última búsqueda se queda grabada incluso aunque cierres y abras Scrivener, lo que ya de por sí puede resultarte útil, pero lo es más cuando puedes guardar búsquedas como pestañas dentro de las Colecciones. ¿Cómo hacerlo? Muy sencillo. Haz una búsqueda cualquiera y después selecciona en el Cuaderno todos los documentos de tu proyecto en cuyo texto ha aparecido dicha búsqueda. Ahora haz clic en el signo + que aparece al lado de Colecciones y crearás una nueva colección a la que solo pertenecerán esos documentos. Si haces doble clic en el cuadradito que te sale al lado del campo del nombre, podrás personalizar el color de esa colección de una amplia selección de colores prefijados.

Además de usando el signo +, también puedes crear colecciones a partir de una búsqueda haciendo clic en la lupa que aparece al lado del cuadro de búsqueda; la última opción del menú que te aparecerá es «Guardar búsqueda como colección». Y si no quieres hacerlo de una búsqueda sino de los documentos que tienes en tu cuaderno, solo has de seleccionar los documentos que quieres integrar en la colección, después haces clic derecho y seleccionas Añadir colección > Nueva colección.

Para administrar tus colecciones, tan solo tienes que arrastrarlas y soltarlas una encima de otra, poniéndolas en el orden que consideres más adecuado. Si quieres borrar una colección, debes seleccionarla y pulsar en el icono – al lado de «Colecciones», y te aparecerá un diálogo de confirmación antes de borrarla para siempre. No tengas miedo a borrar colecciones, pues eso no afectará a los documentos del Cuaderno; son totalmente independientes.

Dentro de una colección, puedes arrastrar y soltar los documentos que la componen de la forma que te dé la gana, ya que esto solo afectará a su visualización dentro de la colección y no dentro del cuaderno. En otras palabras, puedes tener varios capítulos de tu libro en una colección y ordenarlos por la extensión si te apetece, que el orden cronológico que está en tu cuaderno no se verá afectado.

Un último consejo en la administración de colecciones: si tienes una colección seleccionada y sales del menú de Colecciones (esto es, vuelves a pinchar en el icono de la carpeta azul al lado del Cuaderno), el Cuaderno quedará fijo en esa colección y esos serán los únicos documentos que tendrás a la vista. Por tanto, asegúrate de pinchar de nuevo en Cuaderno antes de cerrar las colecciones.

Para qué sirven las colecciones

Dicho de forma muy burda: para lo que tú quieras.

Por ejemplo, puedes usarlas para organizar tu flujo de trabajo, creando una colección llamada «Capítulos terminados», otra llamada «Capítulos en progreso» y otra que sea «Capítulos pendientes». Luego solo debes crear documentos vacíos para los capítulos que estimas tendrá tu novela y después los escribes, en el orden que te apetezca. Según comiences a trabajar en ellos, los pasas de «Pendientes» a «En progreso», hasta que los concluyas y pasen a «Terminados».

Las colecciones también te pueden ser útiles para llevar el control de las tramas que lleves en tu novela. Por ejemplo, estas son las colecciones que usé en mi novela «Proyecto Armagedón», que se corresponden con cada una de las tramas, identificadas por personajes.

Aaquí tienes la colección de Chaka.

Como ves, en esa colección tengo todos los capítulos de Chaka y compañía, de forma que en cualquier momento podía hacer una revisión de dónde estaban nuestro contrabandista favorito y sus amigos, y si todos los elementos de su trama particular quedaban cerrados. Lo mismo hice con el resto de tramas de aquel libro, como puedes ver por el nombre de las diferentes colecciones.

Estos son solo dos posibles usos, hay muchísimos más y queda en tus manos encontrar el adecuado para ti. El buen uso de las colecciones te ayudará a organizar más fácilmente el texto de tu libro y es otra de las herramientas que Scrivener pone a tu disposición para ello. No estás obligada a usarla si no quieres, recuerda que Scrivener es un programa que se adapta a tu forma de escribir, no al revés.

Te espero en la próxima entrega del manual, en la que te explicaré cómo usar los objetivos y estadísticas.

Hasta entonces ¡feliz escritura!

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