Después de haber examinado el tablón de corcho, igual piensas que no necesitas aprender otro modo de manipular y visualizar los documentos de tu proyecto. En cierto sentido, tienes razón; si el tablón de corcho es suficiente para ti, no tienes por qué aprender nada más. Pero todos los escritores son diferentes y para todos los que planifican meticulosamente sus historias, Scrivener les ofrece un método para hacerlo de manera visual y sencilla: el esquematizador.

Para empezar, accedamos al esquematizador usando los iconos de modos de visualización. En este caso tienes que elegir el de la derecha.

Con ello accederás a esta pantalla.

Cuando creas tu proyecto esto es lo que vas a ver, una pantalla en blanco con las pestañas Título, Sinopsis, Etiqueta y Estado. Tu labor como escritor es empezar a llenar esa pantalla y puedes hacerlo con el icono verde con el + que hay en la barra de herramientas o con los botones del pie de página, tal y como vimos en la entrada anterior. En este caso, voy a adelantarme y ofrecerte un ejemplo de cómo quedaría un esquema básico, con varios capítulos y sus sinopsis correspondientes.

Esto ya parece algo más serio ¿verdad? En un solo pantallazo tienes un buen pedazo de tu novela, con las cosas que deben pasar en cada capítulo. Para los escritores arquitectos, seguramente este sea el modo perfecto de trabajar con Scrivener. Pero todavía podemos mejorarlo más.

Ahora sí que parece un esquema completo o escaleta, con el que cualquier escritor puede comenzar a trabajar. Si quieres aprender a usar el esquematizador para obtener esos resultados, sigue leyendo.

Manejando el esquematizador

Como has podido comprobar, el modo de Esquematizador te presenta todos los documentos y carpetas de tu proyecto en una tabla de columnas verticales que puedes reordenar y mover horizontalmente según te parezca. Puedes modificar el ancho de cada columna para que te quepan todas en la pantalla o extenderlas hasta el infinito; en este último caso, puedes visualizar las que te interesen usando la barra de desplazamiento que te aparecerá en la parte inferior del esquematizador. Asimismo, tienes los mismos botones en la barra de pie de página que aparecen en el tablón de corcho, incluyendo el utilísimo «Abrir automáticamente».

Con ese modo y la pantalla dividida, puedes trabajar en tu documento con el esquematizador abierto, de la misma forma que vimos se puede hacer en el tablón de corcho. Para definir las columnas que quieres que aparezcan en el esquematizador, debes pulsar en el triángulo invertido que aparece en la esquina superior derecha del mismo. Con ello, desplegarás este menú.

En ese menú es donde seleccionarás lo que quieres que aparezca en el esquematizador y esas son todas las opciones que hay. Aunque te parezca que es algo muy rígido, lo cierto es que en ese menú tienes todo lo que puedas necesitar.

  • Título: puedes usarlo para dividir tu libro en capítulos, como en el pantallazo que he puesto antes, o poner títulos individuales para cada documento.
  • Sinopsis: en este espacio puedes poner el resumen del capítulo, bien sea un par de líneas o un par de párrafos. Scrivener ajustará el texto de manera automática.
  • Etiqueta y Estado: estas dos columnas recogen esos metadatos, que puedes personalizar a tu conveniencia, como veremos más adelante.
  • Fecha de creación y fecha de modificación: para una novela no tienen mucha utilidad en principio, pero puede que para otro tipo de textos (como un diario personal) te interese tener estos datos a la vista.
  • Número de palabras y número de caracteres: dependiendo de cómo quieres cuantificar lo que escribes, puedes elegir entre un valor u otro.
  • Numero total de palabras y número total de caracteres: este valor te sirve si trabajas con carpetas o documentos en diferentes niveles, al mostrarte el total de palabras o caracteres de todos los documentos o carpetas en niveles inferiores. Lo veremos en un momento.
  • Incluir en compilación, Salto de página al inicio y Compilar tal como está: estos tres apartados te mostrarán un cuadro de selección en el que podrás marcar o desmarcar cada documento para cada una de esas variables. Veremos cómo funcionan esos tres valores en la próxima entrada, dedicada a la compilación.
  • Objetivo y Tipo de objetivo: con estas columnas podrás decidir cuál es el objetivo de palabras o carácteres para cada uno de los documentos, algo muy útil si quieres que tu libro tenga una determinada extensión.
  • Progreso: finalmente, marcando este valor se crea una barra de progreso en el esquematizador que cambiará de color a medida que el número de palabras o carácteres se acerque al objetivo que hayas marcado.

Todos estos apartados cubren la mayoría de las necesidades que puedas tener a la hora de crear un esquema para tu libro a través del esquematizador. Sin embargo, no me cansaré de repetir que todos los escritores son diferentes, así que con toda seguridad habrá aquellos que echen de menos una u otra variable en el menú. No hay problema, Scrivener te permite hacerlo.

Cómo personalizar el esquematizador

Para ello, has de modificar los metadatos de tu proyecto tal y como vimos en la anterior entrega del manual. Te refrescaré la memoria: debes ir a Proyecto > Configuración de los metadatos, que mostrará este menú en el que debes elegir la pestaña «Etiquetas» o «Estado», dependiendo de qué quieras modificar.

En el siguiente ejemplo, voy a modificar «Etiquetas» y lo voy a cambiar por «Punto de vista», para indicar así el personaje que tiene el punto de vista de cada capítulo. No voy a modificar «Estado» porque me parece muy útil tal y como está, aunque tu experiencia puede ser diferente por lo que si quieres cambiarlo, no dudes en hacerlo.

Una vez que lo hagas solo has de asignar esas etiquetas a cada capítulo, bien sea con el botón derecho del ratón o a través del cuadro de metadatos del Inspector. Yo lo he hecho en los capítulos que has visto antes y ha quedado así:

De esta forma, el esquematizador se convierte en una guía mucho más visual del esqueleto de tu libro, y puedes personalizarlo todavía más si creas metadatos personalizados. Para ello, tan solo debes acceder a la configuración de metadatos y elegir «Metadatos personalizados». Si creas un metadato personalizado, habilitarás un campo de texto en el que, ya en el esquematizador, podrás escribir lo que desees. En este ejemplo, he creado el metadato «Localización», que puede ser muy útil si tu novela transcurre en muchos lugares diferentes y quieres controlar bien qué ocurre en cada una de esas localizaciones.

Finalmente, queda un aspecto muy importante del esquematizador. ¿Ves la pantalla anterior? ¿Qué pensarías si te digo que puedes imprimirla para tener una referencia física? Es tan sencillo como —siempre desde el esquematizador— imprimir el documento a través de Archivo > Imprimir el documento actual o pulsando Ctrl+P. También puedes configurar la impresión a través de Archivo > Vista previa de impresión, que te llevará a este menú.

De esta manera podrás tener el esquema de tu libro en papel, para trabajar con él de la forma que consideres conveniente.

Y con esto ya sabes cómo usar el esquematizador. Coincidirás conmigo en que es una herramienta sencilla pero muy poderosa, gracias a la cual las posibilidades para crear el esquema de tu novela son innumerables. De hecho, estoy seguro de que encontrarás usos para el esquematizador que a mí no se me han ocurrido; si es así, no dudes en contármelo en los comentarios.

En esta entrega te he explicado cómo usar el esquematizador, cómo personalizarlo a tu gusto a través de modificaciones en los metadatos y has tenido un primer contacto con la impresión. En la próxima entrega del manual, te explicaré todos los detalles de la impresión y la compilación, posiblemente la característica más importante de Scrivener para un escritor independiente.

Hasta entonces ¡feliz escritura!

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