Mis objetivos para 2017 (IV): Balance del tercer trimestre y objetivos del cuarto

Este último trimestre se me ha hecho más largo de lo previsto, pero no por nada malo, sino porque después de llevar más de dos meses publicando todos los días en esta bitácora, siento que ha pasado mucho más de noventa días desde que hice el último balance de este tipo. Apenas han sido tres meses pero, eso sí, han estado muy llenos de acontecimientos que he ido recogiendo en esta bitácora cada día.

En cualquier caso, tenía unos objetivos para este trimestre y toca revisar si los he conseguido.

Escribir el cuarto libro de La amenaza treyana, La Guerra del Ayer. En este caso, tengo que reconocer mi fracaso. Me comprometí a tener al menos 60.000 palabras escritas de la novela y apenas llevo una cuarta parte de esa cantidad. A este paso, no voy a tener el libro terminado hasta 2019 por lo menos, y eso no es admisible.
Seguir publicando en Confesiones de un escritor. En este no hay motivo de queja, ya que no solo estoy publicando sino que lo hago con una regularidad desconocida en el mundillo. Si pudiera trasladar eso a la ficción, sería feliz.

Creo que ese es el gran objetivo ¿verdad? Ser capaz de trasladar la regularidad que he obtenido en el blog a la escritura de ficción. Todo lo demás vendría solo. No es tarea fácil y ahora mismo no se me ocurre cómo hacerlo de forma que no se quede en otro intento. Voy a tener que pensar una manera, así que me voy a dar esta semana para diseñar un método. O en su defecto, para hacer todas las pruebas que sean necesarias.

Así pues, el objetivo de este trimestre es el siguiente:

Trasladar la regularidad que he conseguido en esta bitácora a la escritura de ficción. Debo encontrar la forma de escribir todos los días y que eso se traduzca en una producción digna de un moderno escritor independiente. No debería ser tan difícil ¿o no?

No lo sé. La verdad es que esta guerra es una que llevo librando desde hace años y sigo en el mismo punto. Tengo unos pocos libros escritos en el zurrón, pero sigo siendo un escritor novel que va dando tumbos buscando un método que funcione.

Bueno, este trimestre toca dar tumbos en esta dirección, así que vamos a dejarnos de historias y ponernos a trabajar. No queda otra.

Hasta entonces, ¡feliz escritura!

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