El protocolo de las redes sociales no es la razón de ser de esta bitácora, pero dadas las relaciones que se dan en el mundillo español de la escritura independiente, parece que si no uno no contesta o no se une al grupo de Facebook es un maleducado. 

Pero no es así, como bien explica Pérez-Reverte en el tuit superior. 

El uso que hago de las redes sociales es muy diferente de lo que se supone que un escritor novel debe hacer. Por ejemplo, hace tiempo que en Twitter deje de seguir a aquellos que me seguían, y he hecho varias limpiezas entre las cuentas que sigo, dejando solo aquellas con las que tengo una relación auténtica o que me aportan algo de verdad.

En Facebook, voy por el mismo camino. Me he ido de algunos grupos en los que estaba por estar, pero en los que no participaba en absoluto. Al igual que en Twitter, me he quedado solo en aquellos que me aportan algo o los relacionados con mi vida fuera de las redes.

Puede que no sea popular, o políticamente correcto, pero evitar relaciones que no he buscado ni me aportan me da más tiempo para dedicar a la escritura. Que, al final del día, es lo único que importa si uno quiere ganarse la vida como escritor. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura!