Puede que haya quien considere sorprendente el que siga escribiendo todos los días en esta bitácora, después de más de doscientos días seguidos. De hecho, este es mi día 210 publicando entradas diarias.

Desde luego, si a mí me hubieran dicho cuando empecé que llegaría a esa cifra… me habría encantado. Pero me gusta más todavía haberlo hecho.

Al fin y al cabo, esto es mucho más sencillo de lo que se piensa. Tan solo se trata de escribir una entrada y luego otra.

Por supuesto, para eso debes tener algo que contar. Pero soy escritor y mi sueño es ganarme la vida contando historias. El día que no tenga algo que contar en esta bitácora será cuando la cierre.

Pero hoy no es ese día. Hoy es un día para hablar de trabajo. 

Porque si he conseguido cumplir con la publicación diaria durante casi siete meses, ha sido con trabajo. Mucho trabajo.

Pero no hice mi trabajo hoy.

Lo hice hace un mes, que es cuando escribí esta entrada. 

Mi colchón de entradas ha llegado a ser de dos semanas, aunque he descubierto que con más de una semana me relajo y luego tengo que trabajar más para recuperar el ritmo.

Esta entrada es una excepciones, porque surgió de forma casi natural hace un mes, por lo que la dejé programada con toda esa antelación. Y luego seguí trabajando.

Por que lo importante es planear y trabajar todos los días.

Y eso me ha servido para la escritura, sobre todo desde que me he vuelto seguidor de Jocko Willink.

Si me sigues en Goodreads, ya habrás visto mi crítica de Extreme ownership, y desde entonces intento adueñarme de mi carrera en todo aspecto. También sigo el mantra del otro libro de Jocko, Discipline equals freedom, y por eso llevo casi un mes levantándome de madrugada para escribir y trabajar, porque ni estas entradas ni mis libros se escriben solos.

Puedes verlo en mi Instagram. Sí, también tengo Instagram, aunque no lo use como los expertos en marketing dicen que debe usarse.

Trabajando duro y fabricando tiempo donde no lo hay. Esa es la única manera de poder publicar todo lo quiero publicar este año, seguir haciendo el podcast de Charlas de autopublicación y tener tiempo para estar con mi familia.

Hoy me apetecía hablar de esto. O mejor dicho, me apeteció hace un mes. Cuando leas esto, yo estaré trabajando en las entradas de la próxima semana, las publicaciones que tengo previstas para marzo o en Prisioneros del Futuro.

Si tú tampoco has hecho tu trabajo hoy, espero que también sea por una buena razón. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura! 

Imagen: Jordan Whitfield en Unsplash