Si quieres llegar a aprender algo, claro está.
En el camino a la maestría hay momentos en los que casi puedes notar como tu habilidad ha mejorado. La mayoría de las veces, sin embargo, solo te darás cuenta de lo que has aprendido mucho después de haberlo hecho, cuando releas alguno de tus primeros trabajos o cuando leas el texto de algún escritor novel.
Para conseguir eso, tienes que pasar primero por un largo y aburrido proceso en el que parece que no avanzas nunca. Es así para todo el mundo, sin excepciones, y es el precio de la maestría.
El aprendizaje de algo, sea la escritura o cualquier otra cosa, no es un vídeo que puedes parar, avanzar o retroceder a tu antojo. Si vas a aprender algo, tienes que ir desde la A a la Z. Saltarte cualquier letra te ahorrará tiempo, pero quedarás siempre por detrás de los que han aprendido el abecedario completo y en su orden.
O en otras palabras, no pretendas obtener los frutos de un trabajo duro como es la escritura si no estás dispuesto a trabajar duro.
Los músicos tienen un dicho: la cinta no miente. Escuchando cualquier grabación, se puede ver si el que toca es un profesional o un aficionado.
Con la escritura pasa lo mismo. Tú puedes engañarte a ti mismo, pero la página no miente.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
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Sábado, 28 de octubre de 2017
Días seguidos publicando en el blog: 97.
Días seguidos escribiendo ficción: 1. Mejor racha: 10.
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Imagen: Javier Cañada en Unsplash
Déjate de mariconadas de autoayuda y hazte el NaNoWriMo de este año… Allí te espero, jodío. 😀
Calla, calla, que me lo estoy planteando y todo. Aunque sea solo para ver si se puede hacer con mucho menos tiempo del que tuve en 2014… 😛