En cualquier otro campo, eliminar las impurezas es importante. Son restos que no tienen interés, al fin y al cabo.

Sin embargo, en la escritura las impurezas son algo diferente. Son detalles como el sonido que hace el personaje cuando ronca, los títulos de los libros en la biblioteca del protagonista o ese atisbo de un tatuaje que nunca llegamos a ver. Detalles intrascendentes, sí, pero que dan color y enriquecen la historia.

Aunque no sepas si esos detalles son útiles, déjalos. No pasa nada si no encajan en la estructura perfecta que alguien te ha enseñado y tampoco van a rebajar la calidad de tu historia.

En la escritura, las impurezas son una parte importante de lo que da vida a una historia.

Si las sacas, puede que obtengas una historia más concisa, más refinada y mejor estructurada.

Pero si las sacas, estás eliminando aquello que la hace singular y transformándola en una historia de tantas.

Si quieres historias únicas, no saques las impurezas.

Mañana, más. ¡Feliz escritura!

Imagen: The Roaming Platypus en Unsplash