Ante muchas tareas importantes, no tener tiempo es una excusa habitual.
No tengo tiempo para repasar este borrador. No tengo tiempo para estudiar cómo se hace una cubierta decente. No tengo tiempo para comprender cómo funciona de verdad una historia.
Pero en realidad estás diciendo otra cosa. Cuando afirmas que no tienes tiempo, lo que estás transmitiendo, al mundo y a tu subconsciente, es que no es importante. No es una prioridad, no es lo bastante divertido, beneficioso o urgente para ponerlo en el primer puesto de tus preocupaciones.
El día tiene 24 horas para todos, el tiempo es el mismo para todos.
El tiempo es un recurso limitado, pero es renovable. Cada segundo se renueva. Siempre tendrás tiempo para ocuparte de lo que te importa. Solo debes tenerlo claro, así que ordena tus prioridades y no culpes al tiempo.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: rawpixel.com en Unsplash