Una de las cosas que he aprendido desde que inicié mi carrera como escritor es que plantearme objetivos para todo el año resulta contraproducente. Cada vez que lo he hecho (aquí y aquí puedes verlo) al final he sido incapaz de cumplirlos. Las causas son variadas y entre ellas se incluye que es muy fácil perder la perspectiva y que los escritores somos procrastinadores por naturaleza.

Para evitar caer en la procrastinación, estoy organizando mi método de trabajo y estoy usando más a fondo Todoist, una estupenda aplicación de organización de tareas de la que puede que hable en un futuro. Lo que hago con ella, en resumen, es ponerme una serie de tareas que quiero realizar en el día y marcarlas según las voy acabando. Como puedo programar tareas para el futuro, me sirve como agenda y recordatorio. Además, puedo organizarlas por proyectos y así saber qué me queda por hacer de la edición de Prisioneros del Futuro o qué entradas hay que preparar para esta bitácora, entre otros aspectos.

Pero la organización por sí sola muchas veces no basta, tienes que eliminar distracciones. Por eso he borrado todas las aplicaciones de redes sociales y juegos de mi smartphone y solo he dejado el whatsapp porque es esencial para comunicarme con mi familia al otro lado del charco. Mi teléfono me sirve ahora para comunicarme, no para distraerme con otras cosas que me aparten de mis objetivos. Eso enlaza con otro aspecto importante en el que vengo pensando de un tiempo a esta parte y es el uso de las redes sociales para un escritor. Me ha influido mucho en ello Deep Work, de Cal Newport, y hablaré de ello en unos días. De momento, baste decir que las redes sociales no ayudan a conseguir mis objetivos y por eso cada vez las uso menos.

En lo que se refiere a no perder la perspectiva, de ahora en adelante me comportaré como cualquier empresa, o si lo prefieres como un entrenador de fútbol, y me plantearé mis objetivos partido a partido, en este caso, trimestre a trimestre. De la misma forma que no tiene sentido hablar del triplete a estas alturas de la temporada, no me sirve de nada pensar en el número de libros que quiero tener publicados cuando acabe este año recién empezado. Hay que ir paso a paso.

Un trimestre es un periodo de tiempo ideal pues es lo bastante largo para obtener resultados tangibles en cualquier proyecto y, al mismo tiempo, es lo suficientemente corto para no caer en la tentación y dedicarme a procrastinar pensando que tengo mucho tiempo. Así pues, ¿cuáles son mis objetivos para este trimestre? Pues como corresponde al principio del año, en el que estamos llenos de energía, son un poco ambiciosos pero creo que factibles.

  • En primer lugar, publicar Prisioneros del Futuro. El proceso de edición de la novela va a buen ritmo, pero no puedo despistarme porque ya hay una fecha de venta fijada y no puedo saltármela. El libro debe estar listo para su publicación el 27 de marzo, sí o sí. Y antes de esa fecha debo terminar mis dos rondas de edición y mandárselo a los lectores beta para que opinen. También tengo que ponerlo en preventa en aquellas tiendas que me lo permitan y preparar algunos posts invitados que tengo pendientes y quiero hacer coincidir con el lanzamiento. Queda mucho trabajo por hacer, así que no puedo dormirme en los laureles.
  • En segundo lugar, escribir el tercer relato de Carmela Engert. Junto a Código Negro y Asalto en Kanar III, estos relatos me han servido para enriquecer el universo de Chaka Gutionov y practicar con historias más contenidas. Además, son una forma genial de agradecer a los suscriptores de mi lista de avisos su apoyo y de aumentar mi catálogo. Mi idea es que este tercer relato tenga unas 20.000 palabras, que sea un complemento, como los anteriores, a La amenaza treyana y poder tenerlo listo para mediados de febrero.
  • En tercer lugar, comenzar con el cuarto libro de La amenaza treyana, La Guerra del Ayer. Después de todo el tiempo y sufrimiento invertido en Prisioneros del Futuro, voy a plantear este libro de forma distinta. Ya hablaré de ello cuando comience con él; de momento, mi objetivo para este trimestre es empezarlo, no pido nada más.
  • Y en cuarto lugar, comenzar la edición en libro de Cómo autopublicar tu libro. Esta serie lleva mucho tiempo terminada y es hora de darle forma para publicarla como libro electrónico e impreso. Sin embargo, no va a ser tan fácil como copiar y pegar todas las entradas que publiqué en su momento. He aprendido mucho desde entonces y el panorama en 2017 es muy diferente al de 2014, así que voy a tener que revisar bastante el contenido. Lo bueno es que el primer borrador ya está hecho, solo debo trabajar a partir de ahí.

Y estos son mis objetivos para este trimestre. En resumen, terminar de editar y publicar un libro, escribir, editar y publicar un relato y comenzar otros dos libros, uno de ficción y otro de no ficción. A eso es a lo que me voy a dedicar estos tres meses. En abril veremos si he logrado cumplirlo.

Hasta entonces, ¡feliz escritura!

Foto: Eric Rothermel vía Unsplash.