Trabajar en tu negocio de escritor independiente de lunes a viernes es una opción muy respetable. Yo ha habido momentos que lo he hecho, pero siempre he terminado volviendo a trabajar y pensar siete días a la semana en esto.
La diferencia entre trabajar de lunes a viernes y hacerlo de lunes a domingo es que después de doce meses, tendrás 104 días más de experiencia y de trabajo para alcanzar tus objetivos. Eso son tres meses de los doce del año.
Una vez que consigas vivir de lo que escribes, tu pasión se convertirá en tu trabajo y ahí si necesitarás desconectar algún día, para evitar que la pasión se pierda por completo.
Pero mientras estés (como yo) en ese punto de tu carrera donde tienes un trabajo alimenticio y luego está tu pasión, no hay razón alguna para dedicar a tu pasión todo el tiempo que sea posible, todos los días del año.
Mañana, más. ¡Feliz escritura!
Imagen: Emma Matthews en Unsplash
¡Qué difícil es conciliar la vida laboral, la familiar y la de tu verdadera vocación!
Pero a veces las cosas cuadran de forma mágica. He encontrado una buena conciliación jugando a crear cuentos infantiles con mi hijo: yo creo una historia y él disfruta mucho su rato de cuento con su padre. Luego cuando él duerme la paso a ordenador y redondeo los detalles. Si el cuento es bueno los suele pedir más veces, y responde genial a las estructuras simples (repeticiones, funciones de Propp, y la base simplificada de todo de personaje -> problema -> solución -> final feliz). De aquí a poco, si todo marcha bien, los mejores se transformarán en libros en Amazon.
Con el trabajo la conciliación es más difícil, pero con mi día a día en I+D+i voy acumulando una batería de herramientas tremenda para planteamientos de ciencia ficción.
Así se hace, Joseto. Cualquier momento es bueno para crear, la clave está en aprovechar todos esos momentos. Puede ser anotando cosas en una libreta en el camino al trabajo o, como tú, creando un cuento para tu hijo; lo importante es aprovecharlo. ¡Un abrazo y gracias por la visita y el comentario!