Todos nos encontramos problemas cuando estamos escribiendo un libro. 

Tenemos problemas para encontrar soluciones en la trama, transmitir la emoción que deseas o lograr unos diálogos que no suenen impostados.

Y también tenemos problemas para encontrar tiempo que dedicar al libro, para motivarnos, para perseverar y seguir escribiendo.

Pero ninguno de ellos es invencible. Puedes estudiar cada uno de ellos y encontrar una solución.

Sin embargo, si lo único que encuentras son problemas que te impiden acabar tu libro, ten cuidado.

Lo más seguro es que el problema seas tú. 

Mañana, más. ¡Feliz escritura! 

Imagen: Hans-Peter Gauster en Unsplash